“Dios no ha creado fronteras. Mi objetivo es la amistad con el mundo entero” Mahatma Gandhi.
Los países del continente africano se han destacado históricamente por tener pocos cambios en sus líneas divisorias. Con pocas excepciones como la fusión de Tanganica y Zanzíbar para crear el actual Tanzania; o la división entre Sudán del Norte y Sudán del Sur, por ejemplo, África se ha distinguido por tener pocos conflictos internacionales por territorios, a diferencia de otros continentes como Europa o América.
Esta escasez de problemas en la demarcación fronteriza es aún más sorprendente si se toma en cuenta que estas divisiones provienen de disputas europeas en el siglo XIX, para ser precisos en la época denominada como el colonialismo; en que políticos europeos delimitaron sus áreas de influencia en el continente, más por una ambición territorial y nacionalista que por las identidades de los pueblos originarios de África.
Dicha estabilidad es más sorprendente cuando observamos el mapa del continente y observamos pequeños países enclavados con salida al mar como los casos de Gambia, Yibuti o Guinea Ecuatorial; los cuales han conservado intactos sus límites y que su razón histórica de existencia es la presencia europea en el siglo XIX. Aunado a este detalle, otros países con poco territorio como Lesoto, Ruanda, Burundi o Suazilandia no han tenido la amenaza de ser invadidos por un vecino más grande en territorio o población, lo que ha brindado certeza a su soberanía.
Pese a que en la Primera Guerra Mundial Alemania perdió sus colonias africanas, y en la Segunda Guerra Mundial Italia debió abandonar sus dominios; las divisiones entre colonias parecieran las delimitaciones administrativas de metrópolis como Reino Unido, Francia, o Portugal que regiones con una identidad nacional que pudiesen eventualmente convertirse en Naciones.
El cambio de colonias a países independientes se empezó a gestar después de la época de posguerra. La década de los sesentas fue prodigiosa para que un mayor número de países africanos lograran su independencia, por lo que en la presente década decenas de estas naciones alcanzaron medio siglo de vida independiente.
¿A qué se debe la estabilidad en las fronteras en África? Pese a que diferentes regiones del continente ha sido escenario de guerras civiles como sucedió en Somalia o Ruanda, las disputas territoriales entre naciones han sido escasas debido a que un paso importante para mantener la paz en los límites de las naciones de este continente son los acuerdos firmados en 1964 y 2007 para reconocer las fronteras y evitar los conflictos. Por tanto, la estabilidad territorial tiene un amplio consenso, por lo que es difícil que en el futuro surjan confrontaciones.
Quizás una respuesta es que no fueron fijadas por las características locales, sino que el reparto hecho en Europa dividió aún más a los pueblos originarios. Por lo que el uso de la fuerza por parte de las metrópolis cambio la división territorial de la población nativa, para imponer sus propios límites, casi todos establecidos en escritorios, por políticos tan ajenos al continente africano que nunca habían visitado esta área geográfica.
Pese a los diferendos entre las metrópolis europeas por el cambio de dominios en algunas antiguas colonias africanas, los límites prácticamente permanecen iguales desde hace 150 años. No obstante, existen algunas zonas que pueden ser escenarios de conflictos. Una de ellas es, curiosamente, la división más reciente entre países en el continente: el lindero entre Sudán del Norte y Sudán del Sur, ya que la separación acordada en 2011 tuvo como consecuencias movilizaciones militares que a su vez trajo una tensión inusual en el continente. Estos desplazamientos han sido productos de la nueva identidad nacional en la zona fronteriza entre ambos países, lo que va más allá de las diferencias o intereses que pueden estar en debate.
Sin embargo, debido a que la división de esta frontera se realizó por una consulta ciudadana, quedó pendiente la demarcación de Abyei (sudivisión nacional del entonces Sudán), la cual fue causa de la disputa en la segunda guerra civil sudanesa, y si bien las partes reconocen que una mayor parte de dicho territorio pasará al dominio de Sudán del Sur, pueden existir reclamaciones ante la posibilidad de que en dicha área se encuentren reservas de hidrocarburos como petróleo o gas natural.
Por otra parte, en otras zonas del continente aún existen diversas fronteras atípicas causadas por los intereses de los europeos en siglo XIX y las posibilidades de exploración de riquezas naturales y mano de obra humana.
Ejemplo de ello es el territorio nacional dividido al norte de Ángola, o fronteras que no tienen una forma geográfica como la mayoría de los países, sino que tiene derivaciones hacia el mar o en ruta a donde había posibilidades de desarrollo comercial con afluentes de ríos o productos naturales.
Aunque existen esas tensiones, ha prevalecido el diálogo y la intermediación en los conflictos de los países africanos; lo cual es una enseñanza a escala mundial, ya que históricamente, otras fronteras en naciones de Asia, Europa y América han sido modificadas por guerras o violencia.
El autor es doctor en Humanidades, Universidad Latinoamericana.