Si Trump no los quiere, Canadá los acepta con todo gusto. Ni siquiera habían pasado 24 horas desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, descartó que los transexuales puedan ingresar al ejército, cuando el gobierno canadiense los invitó a sumarse a sus fuerzas armadas.

“Damos la bienvenida a los canadienses de cualquier orientación sexual e identidad de género”, han dicho en Twitter con el lema “la diversidad es nuestra fuerza” y una fotografía de una banda militar durante las celebraciones del Orgullo LGTB+ el pasado 3 de junio en Toronto.

Lo más interesante fue que hasta uno de los más prominentes republicanos como John McCain, se unió a las voces de apoyo al enlistamiento de militares transexuales, una posición que bien recibida por la comunidad LGTB+, que hoy mantiene una campaña para condenar la medida dispuesta por Trump.

“Después de consultar con mis generales y expertos militares, el Gobierno de Estados Unidos no aceptará ni permitirá individuos transgénero en el Ejército. Nuestros militares deben estar centrados en la victoria y no pueden cargar con los tremendos costes médicos y la alteración que los transgéneros supondrán en el Ejército”, afirmó Trump.

El mandatario estadounidense ya se había manifestado en contra de esta medida desde el inicio de su campaña política. Simplemente piensa que los individuos transexuales carecen de la firmeza que requiere el ejército para cumplir sus tareas militares. De esta manera, da marcha atrás con la decisión aprobada por Barack Obama quien abrió la diversidad sexual a las fuerzas armadas.

Obama no sólo los aceptó, sino que comprometió dinero del erario federal para apoyar el tratamiento completo de cambio de sexo. El magnate neoyorquino piensa que esto es un derroche gastado en personas que son más bien “desviados sexuales”.

Sólo para que lo sepan: según un estudio de la Asociación de Médico de Estados Unidos cifra en 13,000 la cantidad de transexuales que ya pertenecen al ejército norteamericano. Uno de los problemas que enfrenta el sector es que la mayoría de los médicos no están capacitados para atenderlos. En caso de seguir adelante con esta prohibición se teme un endurecimiento en las condiciones de este sector en los cuarteles.

En el caso del ejército canadiense, hay 19 militares que completaron su tratamiento entre 2008 y 2015, con un costo de 319.000 dólares. En Canadá, el ejército cubre los costos de la terapia hormonal, la medicación y también de terapia psicológica para sus miembros transexuales, aunque las Fuerzas Armadas de este país no han ofrecido datos de cuántas personas transgénero forman parte de sus filas. Existen una veintena de países, tales como Noruega, España y Australia, que permiten el enrolamiento de personal transexual.