En el mundo de los negocios, algunos de los factores clave son la información, así como la anticipación. Para los agentes económicos, es trascendente generar modelos de inferencia que permitan conocer el precio, comportamientos de consumo, demandas, tendencias y todo tipo de variables estratégicas para tomar las mejores decisiones económicas como la inversión, producción, exportación, fijación de precios, entre otras; es por ello que en la actualidad la economía no puede ser entendida sin el Big Data.

De igual forma, el Big Data, usado como un medio de preinteligencia y de anticipación, resulta sumamente importante para el gobierno tanto para políticas públicas como sistemas de seguridad nacional.

El Big Data es un término que cada día cobra más importancia sobre todo en la economía digital mas también en las instituciones como el Ejército y fuerzas armadas; consiste en una recopilación de datos a gran escala que con la ayuda de la tecnología son utilizados para descifrar patrones, tendencias y preferencias, en determinado tema o segmento de personas, consumidores u organizaciones.

El vertiginoso avance de la tecnología y el internet de las cosas provoca que en tiempo real a través de cada búsqueda en la red, en cada click, en el momento en que utilizamos el teléfono móvil, cada que levantamos la voz y buscamos ser escuchados en la red, estemos generando una cantidad de datos que no es más que información que un algoritmo se encarga de traducir en cifras valiosas, así como en materia prima fundamental para todo tipo de análisis económico, de determinación de políticas públicas y de estrategias de seguridad a partir de la analítica anticipativa.

No solo las decisiones de empresas se basan en este tipo de información; el volumen es tan grande que ayuda a todos los niveles, bien sean gobiernos, organizaciones o individuos, para contar con detalles fundamentales para una óptima asignación de recursos.

De esta manera, las decisiones económicas, sociales o de seguridad son cada vez más eficientes gracias a los vínculos e interconexiones que se generan a través de este enorme volumen de datos que se almacenan en el Big Data.

Hay que recordar que una herramienta estratégica de los agentes económicos, sociales y políticos que actúan en un mismo mercado es la información; todos buscamos maximizar los beneficios de las decisiones y hacerlas más eficientes, pero es a través de este análisis de datos que obtenemos por medio del flujo de transacciones en internet y del carácter interactivo en las redes que nos permite tener mayor capacidad de tomar las mejores decisiones y acciones.

En materia económica y de negocios, quienes han apostado por construir modelos con base en la información del Big Data, no solo están adquiriendo mayores clientes, también mejoran en sus cadenas de suministro, en su eficiencia financiera, su rotación de inventarios; los consumidores acceden a mejores precios, encuentran mejores servicios, obtienen ahorros y en general se está revolucionando la manera en cómo consumimos, trabajamos o vivimos.

Compañías como Google, Facebook, Amazon, entre otras, en todo momento están generando nuevos perfiles con lo que comemos, con nuestros amigos, con nuestra ubicación, y nos sugieren también todo tipo información, productos complementarios, conexiones que son valiosas, que son capaces de interpretar las tendencias; son relaciones entre procesos, sistemas y ciclos, una fortaleza que surge de la competitividad de la economía digital y que se transfiere a nuestra vida diaria y como un mecanismo de transmisión de las políticas económicas.

De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares de 2016 del INEGI, 47 por ciento de los hogares en México dispone de una conexión a internet, y hay 65.5 millones de personas que utilizan la red. De ellas, 60.6 millones utilizan un teléfono inteligente y el resto una computadora personal. Entre las principales actividades que se realizan en la red están la comunicación, el entretenimiento y compras en línea.

El potencial que estas actividades y decisiones tan personales en la red pueden tener para traducirse en números es enorme; nos permitiría reducir la incertidumbre, conocer nuevas estacionalidades, medir las preferencias o los riesgos, y pueden ser tan trascendentes que llegaran a afectar el estado de la economía, a potenciar actividades de alto beneficio social o a prevenir peligros en materia de seguridad-país.

El riesgo que existe es que millones de datos de información pueden quedarse en interpretaciones erróneas, en profecías o simple infoxicación que no es otra cosa que una saturación de datos informativos. Para que estas interrelaciones se conviertan en una herramienta de anticipación estratégica, se requiere de un análisis profesional.

Las instancias deben entonces formar a su gente para capitalizar la analítica anticipativa, es decir, surge la necesidad de procesar la información y realizar un análisis correcto de datos, estadísticas y contenidos, así como de tener una habilidad para calcular adecuadamente y convertir dicho datos en ventajas para empresas, gobiernos, organizaciones e individuos y tener decisiones económicas más informadas y eficientes para todos.  La tecnología e innovación siguen avanzando y tenemos que estar preparados para aprovecharlas correctamente y capitalizarlas.