El libro Corredores Salvajes, de Rubén Campos Arias, mejor conocido como “Rubenski” en el mundo cultural, ya que así siempre lo nombró Guillermo Samperio, es un volumen de cuentos donde los personajes habitan mundos oscuros, inciertos, producidos por su psique en situaciones de desesperanza: el no tener trabajo, miedo al futuro, hambre, desamor, etcétera. Y en ellos (los personajes) podemos observar pensamientos que crean su propia historia cotidiana, apartada totalmente de lo que sucede a su alrededor, terminan convirtiéndose en fantasmas, en seres invisibles para la sociedad, se dan cuenta que sus pensamientos y actos nunca influirán a quienes los rodean, no les importa, perciben que lo que pasa en su mente es pura ilusión: recuerdos, miedos, dudas, limitaciones, paranoias, que cambian constantemente al pasar el tiempo. Y un ejemplo claro de esto es el cuento Corredores salvajes, que da título a la obra, donde la acción sucede en un museo, los personajes —uno de ellos el autor, Rubenski— aparecen desafiando a una sociedad “culta”, porque se saben fantasmas, a través de actos transgresores: llegan alcoholizados, “intentan acariciar una pintura del Greco”, recorren el museo con desparpajo, simplemente para demostrarse así mismos que todos sus pensamientos y actos son pura ilusión creada por sus mentes. Que se pueden convertir en personajes creados por ellos mismos, simplemente ser otros, olvidándose de su “realidad” cotidiana de ser fantasmagóricos.

Es una obra que contiene cuentos interesantes como Avenida Pino Suárez, El recinto podrido, Bajo el sexo de Caín, Isla invernal, entre otros, donde el ser individual fantasmagórico se confronta con una sociedad creada por otros fantasmas, donde pareciera decirnos que: “aunque parezca mentira la verdad nunca se sabe”. Todos crean sus historias y personajes, hasta convertirse en los actores principales de su historia creada, agregándole de su cosecha y olvidándose de los hechos que las suscitaron.

Además, el autor nos muestra con sus historias una mirada sórdida sobre lo ridículo que puede ser la condición de los humanos ante los acontecimientos de un mundo obsesionado por el poder en todas las formas.

Rubén Campos Arias, Corredores salvajes. Editorial Luhu, Nébula, México, 2017; 68pp.