Un nuevo lanzamiento de un misil intercontinental desde Corea del Norte ha vuelto a elevar la tensión con Estados Unidos.

Tres semanas después de que Donald Trump amenazara a Corea del Norte con estar preparando “cosas bastante severas” como respuesta al ensayo nuclear efectuado por el régimen asiático, Pyongyang ha lanzado un misil balístico este viernes que el Pentágono ha confirmado que es intercontinental y que posee un alcance que daría diana con territorio estadounidense. El armamento, que cayó sobre el Mar de Japón, ha refrescado la tensión entre ambas naciones.

“El Departamento de Defensa detectó y siguió la pista a un lanzamiento de misil de Corea del Norte hoy hacia las 10.41 hora de Washington (14.41 GMT). Consideramos que fue un misil intercontinental (ICBM), como se esperaba”, confirmó el capitán Jeff Davis, portavoz del organismo de defensa norteamericana, en un comunicado emitido como resultado de las pesquisas realizadas.

El segundo proyectil norcoreano lanzado en menos de un mes “no presentó una amenaza para Norteamérica”, según el Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica (NORAD), pero esta segunda prueba si guarda una potencialidad para alcanzar puntos de Estados Unidos, después del proyectil lanzado el pasado 4 de julio.

Según se ha detectado, el lanzamiento se realizó desde la localidad norcoreana de Mupyong-ni, en el norte del país, y “voló durante unos 1.000 kilómetros antes de caer en el Mar de Japón”, argumentó Davis, que expuso que su país trabaja con sus aliados para obtener un análisis más detallado del lanzamiento. Y es que la sensación de intranquilidad por las maniobras del régimen hermético empieza a generar indigestión en la Casa Blanca.

“Nuestro compromiso con la defensa de nuestros aliados, incluidos Corea del Sur y Japón, ante estas amenazas sigue siendo férreo. Seguimos preparados para defendernos y defender a nuestros aliados de cualquier ataque o provocación”, sentenció el portavoz.

La investigación ejecutada por el Ejecutivo de Japón señaló que el misil voló durante unos 45 minutos antes de caer en aguas de la zona económica exclusiva (ZEE) de la nación nipona, al oeste de la isla septentrional de Hokkaido, sin que se hayan detectado daños relacionados con su impacto. Y el Gobierno que lidera Moon Jae-in en Corea del Sur también detectó el ensayo armamentístico de su enemigo declarado.

Este segundo test de julio supuso la previa de la celebración en Pyongyang del fin de la Guerra de Corea (1950-1953), una efeméride conocida como el “Día de la victoria” en el país y ante la cual se especuló con la posibilidad de que el régimen de Kim Jong-un ejecutara una nueva prueba armamentística.

Además, ha coincidido con la aprobación de un paquete de sanciones contra Corea del Norte, Irán y Rusia aprobado por el Congreso de Estados Unidos. Dichas sanciones sólo están pendientes de obtener la rúbrica de Trump para hacerse efectivas. El magnate, que amenazó con subir la tensión por la vía económica y financiera, vio cómo su secretario de Defensa, James Mattis, matizó sus palabras entonces al aclarar que no veía motivos para ir “a la guerra” con se país. Todavía no se han pronunciado tras este nuevo desafío.