Entrevistas con Roberto Gil e Isidro Pedraza, senadores, y Eduardo Huchim, analista.

 

A casi un año de que se elija el nuevo presidente de la república para el periodo 2018-2024, el PAN y el PRD han iniciado la construcción de un Frente Amplio Democrático para derrotar al PRI y, posteriormente, formar un gobierno de coalición donde todos los sectores de la sociedad estén representados.

“El gobierno de coalición abre la posibilidad de que varios partidos políticos y sus respectivos grupos parlamentarios sean corresponsables en la operación y decisiones cotidianas del gobierno, no solo a través de su respaldo legislativo, sino también con la participación de sus militantes como titulares de secretarías de despacho que forman parte del gabinete presidencial”, indica Manlio Fabio Beltrones en su propuesta para legislar el artículo 89 constitucional.

Roberto Gil Zuarth, senador del PAN, comparte que una de las bondades del gobierno de coalición es corregir los problemas sobre el sistema político actual, el cual ya está agotado, principalmente por cuatro razones: la primera, por “el cambio en la idea de legitimidad del presidente: la preocupación ya no es la legitimidad de origen —que su elección sea democrática—, sino la legitimidad de ejercicio, que pueda gobernar efectivamente”. La segunda, porque “las alternancias en los gobiernos impiden la continuidad en ciertos proyectos; nos dejan con un ‘borrón y cuenta nueva’. La tercera, es que el sistema de partidos ya no aglutina a todas las voces: los tres partidos políticos principales, que desde la década de 1990 concentrábamos más de 90 por ciento de los votos, hoy no llegamos ni a 60 por ciento”. Y, la cuarta razón, es por los cambios en la forma de entender la gobernabilidad: factores como el surgimiento de nuevos partidos, la regulación de candidatos independientes o la reelección legislativa hacen que sea necesario replantear el modelo político nacional.

Roberto Gil (PAN).

“Si buscamos la solución en el resto del mundo, podemos observar que las correcciones al sistema presidencial multipartidista pasan necesariamente por dos instituciones: la segunda vuelta electoral y los gobiernos de coalición. Sería insensato pensar en cambiar la Constitución a estas alturas para regular la primera, pero los gobiernos de coalición ya están previstos en la Constitución. Son el primer paso del nuevo modelo político que sustituirá al de la transición”, señala el legislador panista.

Otra de las bondades que tiene este gobierno es “administrar mejor la pluralidad del país, dando la oportunidad de tener mayor gobernabilidad y una responsabilidad compartida. Que en el Poder Ejecutivo, quien gane, ya no gane todo; ni quien pierda, pierda todo, sino que exista la posibilidad de articular una coalición gobernante que pueda dar respuesta de manera efectiva a las expectativas sociales, pues de lo contrario, se alimenta el ánimo social para las soluciones autoritarias.

No obstante, el riesgo es un mal diseño institucional. Lo que me preocupa es que desde el Congreso no logremos crear de manera adecuada los incentivos necesarios para que los gobiernos de coalición no se conviertan en cuotas de “te doy tantos votos y me das tantas secretarías, y cada quien saca su tajada”, advierte el panista.

Se necesita “articular un sistema que haga que las fuerzas políticas aglutinen agendas y preferencias, establezcan metas definidas, inviertan conjuntamente en ellas y sepan compartir los costos y responsabilidades de gobernar en coalición”.

La reforma constitucional

La reforma constitucional en materia político electoral del 10 de febrero de 2014 contempla la posibilidad de que el presidente de la república opte, en cualquier momento de su mandato constitucional, por la formación de un gobierno de coalición.

Para la reglamentación de esa facultad presidencial y, en consecuencia, de las facultades que en caso de su ejercicio corresponden a la Cámara de Senadores, Manlio Fabio Beltrones, expresidente nacional del PRI, entregó a la Comisión de Asuntos Legislativos de su partido una iniciativa de “Ley para el Gobierno de Coalición, reglamentaria de las normas constitucionales en la materia”.

Al respecto los senadores Roberto Gil Zuarth, del PAN, e Isidro Pedraza, del PRD, así como Eduardo Huchim May, exconsejero electoral del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF), analista político y académico, exponen a Siempre! su posición sobre el tema.

Isidro Pedraza (PRD).

Iniciativa Beltrones

Isidro Pedraza afirma que el PRD es partidario del gobierno de coalición, es una de las propuestas que están sobre la mesa para integrar el frente amplio de oposición. “En México ninguna elección es igual, el proceso electoral de 2018 será diferente porque habrá elecciones en 30 entidades federativas, en 9 de ellas se renovarán las gubernaturas, en 27 los congresos locales y en 26 también los ayuntamientos, nunca se había tenido una participación de ese tamaño en el país, empatar tantas elecciones, entonces hay ingredientes distintos porque hay un hartazgo en la sociedad en términos de cómo se ha desgastado la imagen de los políticos mexicanos”.

Por ejemplo, “existe la posibilidad de que las candidaturas independientes irrumpan en este escenario, por tanto lo que se tiene que hacer es garantizar gobernabilidad a través de los acuerdos de coalición como hoy se está planteando reglamentar el artículo 89 constitucional”.

“Como Iniciativa Galileos hemos tenido acercamientos con Manlio Fabio, también discusiones y análisis de la propuesta, y vemos con simpatía que se reglamente esa parte de la reforma política que quedó pendiente.

Aunque el perredista asegura que su partido está “en la línea de que se anexen a la propuesta los elementos necesarios para generar un gobierno parlamentario en lugar de un gobierno presidencialista; que le quitemos esa autoridad suprema al presidente, además de rescatar el papel que tiene el Legislativo en este país para construir un poder independiente; eso vale la pena incluirlo en la reforma que se haga y en la que podríamos coincidir con el exsenador Beltrones”.

Para el panista, en lo general, la propuesta beltronista para legislar el artículo 89 constitucional está bien construida pero hace falta compararla con las preocupaciones de los partidos y de la sociedad civil.

Eduardo Huchim, por su parte, asegura que “es interesante, viable y, como todas las iniciativas, puede ser enriquecida con otros puntos de vista y planteamientos de otras fuerzas políticas diferentes al PRI; puede ser procedente”.

Afirma que “es la hora de compartir el poder y no pretender ejercerlo desde la autocracia legal, desde el unipartidismo, el pluripartidismo es una realidad que se está dando en México. Compartir el poder en aras de obtener mejores resultados de gobierno, particularmente cuando los recientes gobiernos, incluso el actual, no han dado resultados que satisfagan a la población mexicana”.

Por eso, un gobierno con esos diferentes puntos de vista, de personas procedentes de distintos signos partidarios, puede ser benéfico para la sociedad mexicana. La pluralidad se nota, y si es bien llevada, ejercida, entendida y practicada, puede ser una fuente de riqueza.

Además, “el hecho de que sea sometido al Senado y se reciba la aportación de otras fuerzas políticas puede resultar en una iniciativa más sólida y más viable”, subraya Huchim.

A diferencia del PRD que aún no cuenta con una propuesta para la ley secundaria del artículo 89 constitucional, diputados de Acción Nacional en la Cámara de Diputados presentaron, hace un mes, una iniciativa para su regulación. Seguramente veremos más del tema en septiembre que inicie el periodo ordinario de sesiones, dice Gil Zuarth.

Sin embargo —agrega—, en este punto “es importante mencionar que una ley reglamentaria del artículo 89 constitucional no será suficiente para lograr los cambios que se requieren en el modelo político nacional actual. Para una implementación adecuada se tendrían que tocar otros artículos constitucionales e incluso otras leyes secundarias”.

La suma de ideas

El especialista en materia electoral, Eduardo Huchim, se refiere a un punto en particular de la inicativa de Beltrones, en la cual se específica que el gobierno de coalición no afectará ni mermará las facultades y atribuciones constitucionales del presidente de la república, “es correcto que se mantenga esta potestad para que tenga concordancia con el hecho de que el Poder Ejecutivo en este país se deposita en una sola persona que se llama presidente de la república”.

Quizá —dice— en un momento posterior, pueda hacerse una reforma constitucional que democratice el Poder Ejecutivo, que tenga ciertos elementos de compartir con más amplitud el poder y de contrapeso dentro del propio Ejecutivo, estoy pensando en un gobierno de gabinete en el  que haya un jefe que pueda ejercer el gobierno de forma mancomunada con el presidente. Sería posterior porque en la actualidad no está prevista esa posibilidad.

Huchim agrega que este sería el segundo paso adicional, de un acercamiento al sistema parlamentario, que es hacia donde tendría que transitar el Poder Ejecutivo dados los problemas que plantea el ejercicio del poder presidencial en los sexenios recientes, incluido el actual.

Aunque el exconsejero electoral del Instituto Electoral del Distrito Federal coincide en los puntos que plantea el exsenador priista en su iniciativa de legislación reglamentaria; advierte que conviene avanzar en la revocación de mandato, no es posible en esta iniciativa, porque en una reforma constitucional, pero sí más adelante, porque en las actuales circunstancias estamos condenados a que si el electorado se equivoca y elige a un presidente incapaz, corrupto y cobarde, hay que aguantarlo seis años y en seis años puede causarle graves problemas al país.

Eduardo Huchim (al centro).

El  consenso

En opinión de Huchim May, el preproyecto de iniciativa del exsenador Beltrones “merece apoyo, además hay que considerar que el hecho de que se apruebe la ley reglamentaria traza el camino por donde transitará un eventual gobierno de coalición, pero si hay gobierno de coalición o no, es una potestad —lo dice la Constitución— del presidente”.

“Hay que esperar, primero a que se legisle la ley reglamentaria; segundo, a ver quién llega; y, tercero, si el nuevo mandatario decide, al principio o durante su administración, formar un gobierno de coalición”.

“Posteriormente, habría que pensar si este gobierno de coalición debiera darse de forma obligatoria”, comenta el analista político.

El senador Gil coincide en “la urgencia de transitar hacia un nuevo modelo político que genere mejores condiciones de gobernabilidad. Hemos comenzado a ver ya la formación de alianzas entre partidos con ideologías muy distintas para competir en el proceso electoral del próximo año. Sin embargo, este tipo de alianzas no generarán verdaderos planes de gobierno”.

“Dada la ausencia de una segunda vuelta en México, que la Constitución nos impide incluir a estas alturas, se han planteado fórmulas como el Frente Amplio Opositor, que son coaliciones meramente electorales. De esas ya tuvimos muchas en México que han dado lugar a gobiernos con un déficit muy grande de transformaciones, con un saldo no muy positivo en cuanto a la generación de valor en esas sociedades, y que han dejado mucho que desear en términos de consolidación democrática y de fortalecimiento institucional”.

Por eso, “creo que todos los actores políticos sabemos de la importancia de este tema y de lo necesario que es para garantizar condiciones de gobernabilidad de cara al futuro inmediato. Ya algunos partidos han presentado iniciativas, pero nos encontramos, sin duda, ante un reto de voluntad política”, concluye el senador del PAN.

“Iniciativa Beltrones”

  • Es facultad exclusiva del presidente presentar al Senado el convenio y programa del Gobierno de Coalición.
  • Estará firmado por el presidente y los líderes de los partidos políticos que lo integren.
  • Señalará las secretarías de Despacho y los titulares que se propone para cada una de ellas.
  • Incluirá las causas para su conclusión anticipada y, por tanto, para la disolución del Gobierno de Coalición.
  • Se establecerán los propósitos del mismo, indicando sus metas y plazos, así como las acciones legislativas para apoyar su realización, con el compromiso de que tales propósitos quedarán inscritos en el Plan Nacional de Desarrollo.
  • La formación del Gobierno de Coalición no afectará ni mermará las facultades y atribuciones constitucionales del presidente de la república.

Fuente:  Propuesta de Ley Reglamentaria de Gobiernos de Coalición de Manlio Fabio Beltrones.