Mucho se habla que el fenómeno de la “fridomanía” ha devaluado la figura de la pintora mexicana Frida Kahlo (1907 – 1954), no obstante, en el marco a la celebración por sus 110 años de su natalicio, el Museo Dolores Olmedo presenta la exposición Frida Kahlo. Me pinto a mí misma, dejando en claro que la artista sigue siendo un referente de la cultura popular mexicana a nivel mundial, identificada como una mujer que defendió sus ideales y encontró en la pintura una forma de sobreponerse al sufrimiento físico.

El arte y figura de la pintora mexicana atrae públicos a los recintos en donde se exhibe su obra. Por ello, tras presentarse en exitosas exposiciones en el Museo Fabergé, el Seoul Arts Center y el Museo Dalí, 26 obras de la Colección Frida Kahlo del Museo Dolores Olmedo vuelven a exhibirse en las salas del recinto ubicado al sur de la Ciudad de México.

“Tenemos que reconocer que Frida es una embajadora relevante de México, sobre todo en la parte plástica y cultural”, apuntó en entrevista para La Jornada, Carlos Phillips Olmedo, director del museo; y quién además apuesta que la “fridomanía”, no tiene para cuando acabar: “la obra de Frida, es solicitada por todo el mundo”.

Por su parte, la curadora de la muestra Josefina García, expresó que la muestra es realizada con el idea de que la obra regresara a festejar a su casa, pero no instalada en las salas que habitualmente las tienen, “tenía que ser especial, por lo que no esta organizada de manera cronológica, ni por temáticas”.

Argumentó que el nombre de la exposición, se debe a una frase que encontraron en el diario de la artista, en el que escribió que se pinta a sí misma “porque es lo que mejor conoce”. Añadió la curadora que la frase mencionada no sólo fue escrita por Frida Kahlo, pues también la dijo luego de ser cuestionada sobre si se retrataba porque se sabía bonita.

La exposición que estará por corta temporada, ofrece un recorrido con la artista en su descubrimiento de la pintura como el oficio que la sanará, la transformará y la perpetuará como ícono del arte, a medida que plasma sus pensamientos, emociones y dolencias sobre el lienzo y el papel.

Retratos, autorretratos y pinturas de naturaleza muerta, son algunas de las piezas que conforman la muestra. Se podrán observar pinturas como Retrato de Eva Frederick (1931), Retrato de Lady Hastings (1931), El pollito (1945), así como la pieza doble, La niña Virginia, que cuenta al reverso con un Boceto para Autorretrato con aeroplano, ambas creadas en 1929.

Por otro lado, hay que recordar que la obra El marco (1939) de la pintora mexicana, fue la primera obra de un artista mexicano del siglo XX que el Museo del Louvre de París adquirió. En sus récords, según información por la Secretaria de Cultura, la pintora ostenta ser la primera artista latinoamericana en vender un cuadro en más de 5 millones de dólares, lo que superaría este 2016 con su cuadro Dos desnudos en el bosque -La tierra misma-  (1939), vendido en un precio cercano a los 8 millones de dólares en una subasta de Christie’s en Nueva York.

La personalidad, estilo y escasa cantidad de obras de la pintora nacida en Coyoacán han hecho de ésta una de las más exclusivas de América Latina. Fue la primera artista plástica latinoamericana en superar el umbral de un millón de dólares con su tela Diego y Yo, adjudicado por 1.4 millones de dólares en 1990. En 2006, la pintura Raíces (1943) alcanzó los 5.6 millones de dólares en una subasta de Sotheby’s en Nueva York.

Sin duda alguna, todo indica que la admiración por Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, lejos de agotarse, sigue creciendo. Por lo que, visitantes, apasionados y fanáticos, podrán celebrar a la artista este 13 de julio con la muestra Frida Kahlo. Me pinto a mí misma,  y con los diversos eventos preparados en diferentes partes del mundo.