El pasado 5 de abril el presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, inauguraron el Paso Exprés en la carretera México-Cuernavaca, mismo que fue cerrado después de tres meses a causa de un socavón de cinco metros de profundidad y 12 de diámetro, en el que fallecieron dos personas.

La obra tuvo un costo de dos mil 213 millones 500 pesos, y durante los más de 10 meses de trabajos se registraron más de 50 accidentes en los que fallecieron decenas de personas.

Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transporte (SCT), dijo que las lluvias atípicas de tres días provocaron una creciente de ocho metros que arrastró basura y taponeó el drenaje debajo del Paso Exprés, lo que originó el reblandecimiento del suelo y el socavón. Además, reveló esta mañana que no estaba al tanto de que existieran irregularidades, sino fue hasta la mañana en que sucedió el hecho que se enteró.

Ruiz Esparza aseguró que los materiales de la obra le garantizaban una durabilidad de más de 40 años. La construcción de la obra fue asignada a la empresa Aldesa mediante una licitación, por lo que recibió mil 045 millones 857 mil 952 pesos.

De acuerdo con la licitación, el gobierno consideró que la propuesta hecha por la empresa garantizaba satisfactoriamente el cumplimiento del contrato y ejecución de los trabajos. Sin embargo, la inversión final se duplicó a más de dos mil millones de pesos, debido a trabajos no considerados en el plan inicial.

Dos días entes de inaugurar el Paso Exprés, Protección civil de Morelos observó irregularidades en la obra vial y pidió al director del Centro SCT Morelos, José Luis Alarcón Ezeta, atender un pliego de recomendaciones. Acordaron que la dependencia federal instalaría más defensas metálicas en los puntos considerados zonas de riesgo, así como realizar la limpieza de las rejillas de los colectores pluviales para evitar el colapso de la tubería de drenaje. Los puntos no fueron atendidos.

Ante esto, el tramo catalogado como de riesgo registró un hundimiento debido a las fuertes lluvias que se registraron durante la madrugada de ayer, indicó Javier Bermúdez, director de Protección Civil.

El socavón atrapó el auto en el que iban Juan Mena Romero, de 33 años, y su padre Juan Mena Ruiz, de 65, quienes fallecieron. Pasadas las 15:00  horas fueron rescatados; el auto tenía sellos de aplastamiento. En un principio el hoyo sólo abarcaba un carril, pero alrededor de las 09:00 horas era de tres carriles y medio.

Vecinos de la zona denunciaron con manifestaciones los hoyos que se hicieron a los costados de ese tramo carreteros, así como los daños a la tubería de drenaje colocada debajo de la barranca que atraviesa el Paso Exprés. El lunes, personal del Centro SCT colocó cemento en las áreas dañadas.

En tanto, el consorcio constructor del Paso Exprés, conformada por la empresas Aldesa y Epccor, reiteraron que el socavón se originó por la erosión de una alcantarilla afectada por el exceso de basura y acumulación de agua de lluvia que se registró. “La alcantarilla y drenaje cruzan a más de 15 metros de profundidad por debajo de la autopsia y no formaron parte de los trabajos realizados para la construcción del Paso Exprés. El drenaje se colapsó por el exceso de agua y provocó la grieta en la carpeta asfáltica”.

La obra comenzó en enero de 2015, el director de Carreteras, Óscar Callejo Silva, estimó que su construcción se llevaría a cabo en 18 meses, es decir, en julio de 2016 estaría lista. Sin embargo, el secretario de Comunicaciones y Transporte, Gerardo Ruiz Esparza, dijo que hasta el 12 de diciembre los automovilistas podrían usar la vía. Fue hasta abril de 2017 que se inauguró.

La construcción del Paso Exprés fue una promesa de campaña de Enrique Peña Nieto. La primera propuesta para mejorar la circulación en Cuernavaca fue construir un periférico norponiente. Al final, se eligió la ampliación de la autopista de cuatro a 10 carriles.