Luiz Inácio “Lula” Da Silva, ex presidente de Brasil, ha sido condenado a nueve años y seis meses de cárcel por corrupción y lavado de dinero por el caso Petrobras. Lula se benefició de 3,7 millones de reales (1,2 millones de euros) en sobornos de la constructora OAS, aseguró el juez Sergio Moro.

Los sobornos se hicieron a través de un departamento de tres plantas en la costa de São Paulo que el ex presidente del Partido de los Trabajadores recibió y reformó con dinero de la constructora.

El inmueble aparece en los registros como propiedad de la constructora OAS, una de las implicadas en el escándalo de Petrobras, pero las averiguaciones arrogaron que el dueño sería Lula Da Silva, quien lo habría recibido en concepto de soborno, es decir, a cambio de “favores” hechos desde el poder de la constructora.

Lula podría ser investigado en otros cinco procesos más, según solicitó la Corte Suprema con base en confesiones hechas por ex directivos del grupo Odebrecht, y también por revelaciones de ejecutivos del grupo JBS.

La defensa del ex mandatario había dicho que apelaría un fallo de culpabilidad y alegan que el juicio es una persecución política.

En abril del año en curso, el empresario brasileño Marcelo Odebrech, ex presidente de la constructora Odebrecht, declaró haber pagado 13 millones de reales (4.15 millones de dólares) en efectivo a Lula Da Silva entre 2012 y 2013.

Odebrech informó al juez Moro que el ex presidente era el beneficiario de los pagos descubiertos en las libretas de contabilidad de Petrobras bajo el nombre de “amigo”. También explicó que hizo vario pagos al Instituto Lula, para la compra de un terreno en el que debía construirse un edificio en el que la entidad tendría una sede.

En 2010 habría entregado 50 millones de reales (16 millones de dólares) para la campaña electoral de Dilma Rousseff, ahijada política de Lula y su sucesora, mediante el entonces ministro de Hacienda, Guido Mantega.