Es conveniente un relevo generacional en la clase política, la actual representa el fracaso porque ha estropeado el país con reformas incompletas, con una elocuente mezquindad y seguramente muchos de los vigentes legisladores van a pretender prolongar su condición de becarios una vez que se aprobó la reelección.

Hace años que vemos la misma nomenclatura, una calca de los discursos, los mismos hasta el hartazgo, una generación vinculada a fracasos, corruptelas y desazón, los mismos rostros y mañas se han reciclado ad perpetuam. La mayoría de partidos políticos no presentan novedades porque los mueve la codicia de sus dueños, cada cual con sus propias características que resultan cansinas, por ello los próximos comicios registrarán a muchos de los mismos que estrenarán propaganda, en algunos casos se tratará de una apología al ridículo.

La participación de los jóvenes es activa pero en sus discursos, auténticas piezas retóricas, se pronuncian en su nombre aunque no pasa de ese lindero porque más temprano que tarde estarán en las labores de propaganda como suele ser la costumbre inveterada.

El activismo político crecerá porque el tiempo electoral así lo propicia y estaremos ante un déjà vu, el mismo catálogo de trampas, chicanadas y cosas tan maridadas con la diatriba que cancela el auténtico debate que debiera ser de ideas no de epítetos. Aunque en los lances verbales prevalece la histeria.

El PRI está frente a su asamblea, ya el tricolor ha mutado porque no tiene el sello sumiso de una disciplina impuesta a rajatabla desde los tiempos de Plutarco Elías Calles, ahora algunos grupos en el interior exigen la salida de Enrique Ochoa que no ha dado el salto político para dejar de ser un novato que no tiene un récord que inspire algo que no sea el desdén de muchos de sus compañeros que lo han visto como un advenedizo con la marca del presidente Peña Nieto.

Manlio Fabio Beltrones ha dicho que el PRI se convirtió en un taxi de delincuentes, el experimentado exgobernador de Sonora y antecesor en el cargo de Enrique Ochoa no habló al aire, él sabe que en política nada es inicuo. El dardo fue directo contra el dirigente tricolor.

Es probable que en la próxima asamblea nacional del PRI haya una rebelión, los tiempos así lo dibujan, la organización tricolor hace agua entre el desprestigio de varios de sus exgobernadores que han terminado tras las rejas o se han dado a la fuga, es una sombra de aquella maquinaria que ganaba comicios aun antes de que éstos se efectuaran.

Aunque a decir verdad ningún partido goza de cabal salud, la calidad moral se arruinó con la credibilidad de los mismos, en cualquier sistema democrático son entes de primera necesidad y en nuestro país parecen males necesarios.

Urgen liderazgos emergentes, el último tal vez sea Juan Zepeda en el PRD aunque para muchos observadores se trata de un caso efímero a la vez que artificial.

En fin, la monotonía política parece ir de la mano con la mediocridad una vez más. La insoportable levedad.