La obstinación del presidente estadounidense, Donald Trump, por fijar como objetivo de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) reducir el déficit comercial de Estados Unidos es un factor de preocupación, afirmó Ildefonso Guajardo, secretario de Economía.
“La insistencia reiterada sobre este tema de los déficit comerciales (…) sigue siendo preocupante”, dijo Guajardo a Televisa, “Yo he insistido en que con todo gusto revisemos los balances comerciales mientras enfoquemos en cómo mejorarlos a través de expansión de comercio, no a través de reducción del mismo”.
Trump difundió en la víspera que mantiene el objetivo de reducir el déficit comercial que tiene Estados Unidos en el comercio de bienes con México y Canadá, sin especificar en qué medida y cómo lo lograría.
En este sentido, prominentes economistas estadounidenses de todo el espectro ideológico, que van desde Martin Feldstein hasta Bradford De Long, se han cansado de explicar que el déficit comercial de un país no depende de reglas específicas de los acuerdos comerciales signados, sino de la condición macroeconómica estructural, propiamente la del nivel nacional de ahorro.
De acuerdo a lo publicado por la prensa especializada esta meta –del déficit comercial- fue fijada en el documento Resumen de los Objetivos para la Renegociación del TLCAN, presentado por la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR, por su sigla en inglés) al Congreso Estadounidense como parte del proceso de actualización de ese acuerdo comercial.
El resumen plantea, por un lado, la reducción que la reducción del déficit y la consecución de un acuerdo justo para los trabajadores estadounidenses representa la base sobre la cual se construirá el denominado TLCAN. Por otra parte, se establece explícitamente que no se tocarán tarifas, aranceles, cuotas ni cupos para bienes industriales y agrícolas.
Además, se hace un fuerte énfasis en presionar a México a mejorar sus estándares; ya sea en materia laboral, con el aumento del salario mínimo; en materia ambiental, con la aplicación de regulaciones homologadas; e incluso en el combate a la corrupción.
La propuesta del USTR incluye temas que podrían ser delicados para México como son: el de las reglas de contenido de origen; un “mecanismo apropiado” para evitar que la manipulación cambiaria sea utilizada como un instrumento para abaratar las exportaciones de un país.; y la posible eliminación del Capítulo 19 del TLCAN, que establece que México y Canadá pueden desafiar las resoluciones de las cortes estadounidenses para casos de dumping, a través de un mecanismo alternativo de resolución de controversias.
No obstante, en entrevista con Reforma Antonio Ortiz Mena, quien fue parte de la delegación mexicana que negoció el TLCAN en 1994, dijo que el 90% del contenido del documento del USTR, es algo negociable y constructivo.
La @SE_mx te invita a participar en el proceso de consultas públicas sobre la modernización del #TLCAN, vía Internet https://t.co/y2rUDbQzRQ pic.twitter.com/DMpfknoOFD
— SE México (@SE_mx) 27 de junio de 2017
(Con información de El Economista y Reporte Indigo)