Cuando sientas que no hay alguna solución posible para tus problemas, crea algunas. Anónimo

Con la novedad de que la mayoría de las elecciones realizadas este año peligran y pueden ser anuladas. Eso es lo que registramos los últimos días en redes sociales y medios de comunicación, derivado de los informes de trabajo de las comisiones del Instituto Nacional Electoral. Las causas están sustentadas en el rebase de los topes de campaña.

La ley establece que si se ha rebasado el monto máximo asignado para gastarse en los procesos electorales y la diferencia entre los dos primeros lugares es menor al cinco por ciento, ahí se configura una causal de anulación de la elección; la norma también establece que, si se aplica esta determinación, los candidatos sancionados no podrán competir en el proceso electoral que reponga el anulado.

En este problema se encuentran tres de los cuatro estados que participaron en la recién pasada contienda electoral: Nayarit, Coahuila y Veracruz. Extrañamente el estado donde mas vimos injerencia del gobierno y grandes dispendios económicos que han sido del conocimiento de la sociedad y de la opinión publica, el Estado de México, ha quedado fuera de esta polémica y disputa mediática y legal.

Se vaticina que en el caso de Nayarit y Veracruz no existirán mayores problemas ya que los márgenes de diferencia entre los dos contendientes finalistas es muy amplia, lo que permitirá que las determinaciones de la autoridad electoral encuentre forma jurídica para lograr que nada pase. No es el caso del estado de Coahuila, donde existe una clara estrategia para determinar la anulación de esta elección.

Cambiando, de ultimo momento, algunas de las formas de integrar la fiscalización electoral, la comisión del INE determinó que el pago de representantes de casilla también debe integrarse en la suma de gastos de campaña. Al tomar esta determinación el resultado es, según la autoridad, que tanto el PRI como el PAN, los dos punteros, rebasaron el tope de campaña. Ambos niegan encontrarse en esta situación. Pero llama la atención que inmediatamente después de haber sucedido esto, el PRI mandó a llamar a sus representantes de casilla con el fin de que firmaran documentos donde expresan que no se les pagó y su participación fue voluntaria.

Tuvieron que suspender este llamado, dado que los medios de comunicación graficaron las grandes filas que se hicieron en los comités de ese partido para la firma del citado documento. Lo que demuestra que el PRI de Coahuila no contaba previamente con la documentación soporte de sus argumentos. El tema dará para mucho.

El problema más grave es que ha quedado demostrado que el árbitro electoral se ha convertido en una instancia sin fuerza y sin autoridad. El rebase de topes de campaña fue en los cuatro estados, el INE solo enfoca Coahuila, dejará tres de lado y olvidará el rebase mas grande, el rebase a la autoridad.

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