No es la primera, ni la segunda, sino la cuarta vez que una pintura con una narrativa excepcional, con elementos como frutas, flores y utensilios, añejas alacenas y vitrinas, rincones y cosas del ayer, ilustró un billete de sorteo de la Lotería Nacional. El fin de la institución es mostrar en su tiraje de 18 mil piezas, la obra de Armando Ahuatzi, artista tlaxcalteca considerado como uno de los continuadores de la pintura mexicana, impulsada en el siglo pasado por otro pintor tlaxcalteca, Agustín Arrieta; e influido en las nuevas generaciones de pintores tlaxcaltecas, motivándolos a rescatar lo mexicano.

Armando Ahuatzi.

No obstante, llegar hasta ese reconocimiento no ha sido tarea fácil para el artista plástico, ya que hasta el momento, junto con Juan Delmar, son los únicos pintores tlaxcaltecas que sus obras han sido tomadas en cuenta por la institución. El artista, nacido en 1950, en entrevista para Siempre! asegura que el arte que representa está situado en un México en crisis en todos los sentidos, incluido culturalmente.

“Digamos que me ha ido bien y me siento satisfecho —admite cuando se hace referencia a su lugar en la cultura mexicana— aunque hay cientos de pintores valiosos a los que nadie voltea a mirar, y esto se deriva por la crisis tan seria que estamos pasando. Es preocupante ver cómo se refleja obviamente en el arte, en la pintura, puesto que siento que hay una devaluación de valores”.

Aseveró Ahuatzi que a pesar del enfoque actual que se le da al arte mexicano por parte de la sociedad, incluyendo a las nuevas generaciones, y que ha provocado desvirtuar tremendamente su concepto, por lo que sufrimos y vivimos una crisis total en ese sentido, la riqueza del arte mexicano, mostrada mucha de ella en extraordinarias exposiciones en el extranjero, nos seguirá dando “enorme presencia y prestigio, y eso seguirá intacto”.

Se debe recuperar la obra que hace vibrar

Aferrado y necio por plasmar la tradición pictórica y la cultura mexicana —según se define el artista—, es lo que ha sostenido su obra por cerca de cuatro décadas. En en ese sentido, asegura, que junto con sus compañeros que se identifican con las mismas corrientes reales de lo que es la pintura mexicana en su tradición, en su cultura, en su grandeza, están comprometidos de la misma forma en no dejar que zozobre la identidad nacional mexicana.

“Lleva un mensaje claro mi oficio, creo que es muy importante para cada uno de los pintores recuperar y hacer vibrar, primero dentro de nuestras emociones, lo que es nuestra historia, nuestra cultura, nuestras tradiciones, que como mexicanos se diversifican todavía más”.

La globalización es una de los factores que más han damnificado de manera significativa la pintura mexicana y hace que constantemente pierda su toque característico, consideró el artista plástico. Por ello, detalló, tratar los temas mexicanos no solo es un orgullo y una necesidad, sino también “es el compromiso de seguir reflejando lo que observo que se está soslayando”.

Se debe recordar, expresa Ahuatzi, que las raíces y la cultura son las que nos dan una identidad, una personalidad como pueblo, y nos hace estar presentes dentro de toda esta enajenación presente.

“Me ha tocado ver que los jóvenes ya no vibran ante una música mexicana, y es aún más alarmante que se esté perdiendo esa sensación emotiva, por ejemplo, al escuchar el himno nacional o al celebrar nuestras fiestas patrias. Debemos de tomar nuestras bases reales para rescatar nuestros valores, tradiciones y cultura, porque es lo que nos define dentro de este grupo de naciones”.

 

Una pintura 100 por ciento de connotación mexicana

La pintura costumbrista mexicana del maestro Armando Ahuatzi ha sido expuesta y reconocida en varios foros del mundo y sus lienzos forman parte de varias colecciones. Destacan las exhibiciones en el Centro Cultural de La Villa de Madrid, Pinacoteca del Estado de Tlaxcala, Museo de la Ciudad de México y el Art Expo de Nueva York, así como en galerías de Londres y Brasil.

“Gracias a mi entrega constante, mi obra afortunadamente ha encontrado el apoyo y los canales para que viaje al extranjero, pero aún más, mucho le debo a mi necesidad o mi necedad, de que cada una de las piezas contenga un mensaje con un contenido de lo que ven mis ojos, a partir de todas las múltiples experiencias que tengo de mi país”.

Evoca el maestro Ahuatzi que cuando tuvo la oportunidad de hacer una exposición de ofrendas de difuntos en Nueva York, sus visitantes veían con gran interés cada uno de los detalles de esa tradición. “Exploraban los panes de muerto, dulces de calabaza, flores de cempasúchil y sahumerios, de tal manera que eso completaba la obra, ya que al final resulta un alimento para la vista y el recuerdo”.

Asegura que el arte —desde su punto de vista personal— primero debe ser regional para después volverse universal. “La pintura en mi caso lleva una connotación 100 por ciento mexicana, que habla de nuestro colorido, de nuestra cultura, de nuestro folclore, para que despierte o motive un diálogo interior con el espectador de otros lugares”.

 

No deseo rescatar la fiesta taurina, sino conservar su historia

En la última imagen que ilustró el sorteo llevado a cabo el 30 junio, de la Lotería Nacional, Armando Ahuatzi combinó la religión con la tauromaquia, al mostrar una imagen de la Virgen de la Macarena, patrona de los toreros, y una de las tradiciones más representativas de Tlaxcala: las corridas de toros.

“Tlaxcala es un espacio pequeño, pero de una riqueza enorme, no en balde Tlaxcala tiene título de cuna de la nación, porque ahí inicia toda la gran epopeya. Es un estado con una enorme fuente de cultura, costumbres, tradiciones y belleza en sus artesanías. Plásticamente me mueve en todos los sentidos y me motiva para recuperar mis raíces de infancia, porque a partir de ahí nació gran parte de mi obra”.

La Virgen de la Macarena es parte de una serie de Oratorios que actualmente expone el maestro Ahuatzi en el Museo de Arte de Tlaxcala. En las salas del recinto se puede respirar la atmósfera del estado, empezando por su relación con los templos de la Colonia, la zona prehispánica y las zonas naturales, después se descubren las historias, leyendas y los rituales que existen en la fiesta brava.

“El tema taurino se fue integrando poco a poco a mi obra. En 1992 hice una exposición retomando este tema en la Casa de Cantabria, en Madrid; después prácticamente sin darme cuenta, tuve la necesidad de interpretar el color y la emotividad en imágenes de esta fiesta”.

Añadió que a pesar de que muchas de sus obras reflejan esta tradición, no es fanático de ella, ni tampoco es su intención rescatarla, al igual con los oratorios, no es su intención llevar al público a la iglesia.

“Lo que muestro es lo que Armando Ahuatzi percibe a través de la fiesta brava y las imágenes religiosas, para después colocar todos sus elementos de una manera armónica. No es que esté alabando sinceramente la fiesta brava, respeto a la gente que no comulga con esa idea, sin embargo es importante tenerla presente, porque es parte de nuestra cultura. Hay muchas cosas que nos dan un perfil, y la fiesta brava en México es una de ellas”.

El único interés del artista, afirma, es que las costumbres y la cultura ancestrales de nuestro país no se pierdan. Que imágenes como las impresas en los billetes de la lotería, relacionadas por ejemplo con la mujer tlaxcalteca, con las celebraciones de septiembre, con las de ofrenda, y esta última con la celebración taurina, se conozcan y se conserven.

“Esa será siempre mi inquietud, con la intención siempre de continuar con la oportunidad de pintar mi país. Mostrar a través de la obra de Armando Ahuatzi, lo que Armando Ahuatzi percibe de México, ese es mi propósito”, concluye la entrevista el pintor mexicano.