En México existen 5.8 millones de personas en disposición de trabajar que han dejado de buscar un empleo porque consideran que no tienen posibilidades de encontrarlo, ya sea por los limites de edad, la experiencias requerida, así como los bajos salarios y la falta de prestaciones.

La cifra es tres veces superior a los 1.9 millones de trabajadores que se encuentra desocupados, de acuerdo con los dados al segundo trimestre de 2017 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

A diferencia de los desempleados que manifestaron su disposición para trabajar e hicieron alguna actividad para obtener un empleo, estas personas se declararon disponibles para trabajar,  pero no llevaron a cabo acciones al respecto, por lo que se constituyen en un sector que eventualmente puede contribuir en el mercado laboral como desocupado u ocupado.

Al respecto, Héctor Magaña, profesor e investigador del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México, considera que más que la falta de experiencia es la mala remuneración de las plazas que se generan lo que desalienta a las personas a buscar un empleo.

Explicó que si se observa la estructura de la población desocupada, se verá que prácticamente 90% son personas que cuentan con experiencia previa independientemente de su nivel de estudios.

En opinión de Jonathan Heath, analista económico del sector privado, la razón principal es que son jóvenes que han buscado un empleo y que quizá  se han frustrado porque no han encontrado algo que les guste o porque hacen un cambio de planes, de repente deciden estudiar o viajar.

El analista señaló que en muchos casos pudieron ser mujeres que deciden dedicarse a los quehaceres domésticos porque no han encontrado trabajo. Pero llama la tención que 69% (4 millones) de las personas dispuestas a trabajar, pero que han desistido son mujeres.

En el caso de los adultos mayores, el principal problema es que la oferta laboral pone límites en términos de la edad, a pesar de estar en condiciones para cubrir los requerimientos de experiencia y preparación que requieren las plazas.

“Aquí más que nada es la falta de oportunidades para los adultos mayores, ya que muy pocas empresas contratan a trabajadores que ya pasan de cierta edad; entonces cada vez es más complicado para estas personas”, dijo Héctor Magaña.

Apuntó que se les contrata con muy bajos sueldos y para realizar actividades de apoyo, muchas veces por debajo de su experiencia y capacidades, lo que desmotiva a este tipo de personas a seguir en busca de una plaza laboral.

En el presente sexenio

Según los resultados trimestrales más recientes de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo dados a conocer por el INEGI, en los primeros cuatro años y medio de la presente administración, la economía generó 3 millones 840 mil empleos formales e informales, 14% más de los reportados en el mismo periodo del sexenio anterior.

Del primer trimestre de 2013 al segundo trimestre de 2017 se crearon 2 millones 742 mil plazas (71.4% del total) en el sector formal de la economía, cifra que supera los 647 mil 899 puestos formales generados del primer trimestre de 2007  al segundo trimestre de 2011, periodo equivalente al de la administración de Felipe Calderón.

En lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto se han  creado un millón 97 mil empleos (28.6%) informales, que comprende el trabajo no protegido en la actividad agropecuaria, el servicio doméstico remunerado, así como los trabajadores subordinados que, aunque trabajan para unidades económicas formales, lo hacen bajo modalidades en las que se elude el registro ante la seguridad social.

(Con información de El Universal y del portal digital puntomedio.mx)