Quienes piensan que se ha dicho todo sobre la Revolución Mexicana, buenas noticias: no es así. Es posible que pase mucho tiempo para terminar de sorprendernos, quizá nunca, y el ensayo Historias desconocidas de la Revolcuión Mexicana en El Paso y Ciudad Juárez, de David Dorado Romo (Era, México, 2017) no solo reserva sorpresas al por mayor, sino personajes inéditos de esta historia donde pareciera que solo un puñado de hombres sobresalieron.

Para lograr esta novedosa versión de un hecho largamente estudiado, este académico estadounidense, descendiente de mexicanos, nacido en San José, California, en 1961 y doctorado en historia de la frontera por la Universidad de Texas, ha recurrido a la “microhistoria”, que logra una recreación más próxima a la literatura que a la Historia, con mayúscula.

“La microhistoria es una metodología de investigación histórica que se enfoca en los detalles locales que a primera vista parecieran triviales, marginales, insignificantes, pero son ventanas a una realidad más profunda. La frontera es el lugar ideal para la búsqueda de realidades con importancia global que la historia oficial considera insignificantes. La microhistoria es un poco como la poesía en su enfoque en detalles que nos llevan a una comprensión polivalente, más allá de los lugares comunes de las narrativas unidimensionales.

Los “chismes” tambén cuentan

El micro historiador, señala Romo, no desdeña lo que otros denominan “chismes”

“La microhistoria puede ser vista como una especie de subgénero del posmodernismo, que rechaza la narrativa hegemónica, absoluta y busca la narrativas descentralizadas y subterráneas. Lo que intento es más una recentralización de lo que otros han considerado como excéntrico o marginal. Por eso pudiera desafiar a cualquier historiador a que me nombre otras dos ciudades que jugaran un papel tan central en engendrar la Revolución Mexicana como El Paso y Ciudad Juárez.

“Hubo tres movimientos importantísimos que la historia oficial minimiza y en las cuales mi libro se enfoca: el movimiento de Víctor Ochoa, el teresismo (por Teresa Urrea, mejor conocida como La Santa de Cabora) y el magonismo. Todas, en algun sentido, plantan las semillas del movimiento maderista. Conecto la vida cotidiana en la frontera con su influencia en estos movimientos.

Pregunto a Dorado Romo cómo es posible que se sepa tan poco, casi nada de Víctor Ochoa, nada menos que antecesor de Pancho Villa, primero en planear una revolución que derrocara a Porfirio Díaz.

“Las historias híbridas, impuras que cuento en mi libro no contribuyen claramente a las narrativas tradicionales de la historiografía centralista y nacionalista. La idea de un México estadounidense, o una ciudad norteamericana como El Paso pudieran desempeñar un papel importante, mucho menos central, en la primera revolución social a escala global del siglo XX: algo inconcebible.

Periodistas y revolucionarios

En Historias desconocidas de la Revolución Mexicana… se alude a las semejanzas entre Díaz y su homólogo estadounidense, Henry Lane Wilson, entre otras cosas, su intolerancia hacia la libertad de expresión, al grado que las redacciones de los periódicos llegaron a convertirse en centros operativos para los revolucionarios.

“En la frontera, durante la Revolución, no había mucha diferencia entre un periodista y un revolucionario. Los periodistas peleaban en el front line, no solo en términos de la guerra propagandística, sino que frecuentemente eran líderes de estos movimientos, como los Flores Magón, Praxedes Guerrero, Lauro Aguirre, etcétera.

Se habla de cómo los pobladores de El Paso “compraron boletos” para contemplar el espectáculo de la Revolución que tenía lugar del otro lado de la frontera, y se alude en este contexto a Debord y la sociedad del espectáculo.

“La Revolución Mexicana fue uno de los primeros conflictos donde la película, la fotografía y la literatura jugaron un protagonismo central. Aquí vimos los primeros esfuerzos del espectáculo como consumidor de la Revolución. La violencia fue presenciada desde la comodidad de una luneta colocada en la azotea de un edificio. Los situacionistas como Debord ofrecen una lectura importantísima de la recuperación del esfuerzo contra hegemónico por medio de los instrumentos del espectáculo.

En este libro, tanto la música como los músicos desempeñan un papel casi tan importante como el de los periodistas.

La revolución desconocida

“El corrido era el periódico de la gente que no sabía leer. Pero también tuvieron un papel crucial el jazz fronterizo y la banda militar carrancista que interpreta Aída, de Verdi, mientras se lleva a cabo la ejecución de tres villistas. En efecto, casi nadie se ha interesado en estudiar este importante elemento de lo que yo llamo la revolución desconocida. Pocos saben, por ejemplo, que cuando los yaquis salieron a tocar sus tambores durante la refriega lograron doblegar al enemigo con el puro ruido.

Jean Meyer me comentó alguna vez que la literatura de una época, muchas veces, es fuente más confiable para recrear un momento histórico, que lo que exponen los historiadores, ¿qué opina David Dorado Romo al respecto?

“Las explicaciones lineares, positivistas y académicas siempre han hecho más para ofuscar la historia que para recrearla. La literatura es más capaz de encapsular la complejidad y las contradicciones maravillosas de la historia. Lo que trato de hacer con la microhistoria es enfocarme en los mismos detalles que pudieran atraer a los poetas y novelistas.