Josefa, el musical de México, escrita por José Dolores González Ortiz es la gran producción de Juan Torres en el Teatro Hidalgo, con las actuaciones de Jimena Parés y Manuel Landeta, encabezando a más de veinte actores en escena que dan cuerpo a un pasaje nodal de la historia de México, la Consipración de Querétaro que dará pie a la lucha independentista encabezada por Miguel Hidalgo y Costilla.

 Al tratarse de un musical, el de Josefa…, como espectáculo, asume los riesgos de su extrapolación musical y las exigencias mismas de su composición dramatúrgica. Y resulta admirable en grado sumo, que tal complejidad artística esté librada con firme destreza y relevancia, en cada una de sus aristas. Empezando por las impecables actuaciones de Jimena Parés como la Corregidora de Querétaro, Manuel Landeta como el Santo Inquisidor, José Antonio López Tercero como Hidalgo, Hugo Serrano como Allende y Oscar Ugalde como Emeterio González, aunque en general, el trabajo actoral es impecable, tanto en el aspecto histriónico, como en el vocal (magníficas voces), y el coreográfico (espléndidos bailarines).

El amplio y complejo espectro teatral de esta Josefa… de González Ortiz (quien comparte créditos de coautoría con Ricardo Robledo), resulta perfectamente hilvanado, con el apoyo no sólo del talento sino de la pasión creadora de sus hacedores: Edgar Cañas en una admirabilísima dirección escénica, el mismo Robledo en la dirección musical, Gerry Pérez en la coreografía, Jessa Núñez en el hermoso vestuario, la hermosa escenografía de Daniel Ramírez y la impactante iluminación de Oscar Acosta.

Crear un musical como Josefa… es una mayúscula afrenta estética. Mucho se ha escrito sobre esta heroína de la patria. Salvador Novo la retrató irónico, sarcástico, pujante e irreverente en su ya clásico diálogo Leona y Josefa, donde la Corregidora de Querétaro se pone al tú por tú con la otra heroína independentista: Leona Vicario. Hace ya algunos años Ofelia Medina dio vida a Josefa íntima, suerte de monólogo que aspiraba a lo poético, en donde la anécdota histórica se tornó en un híbrido de sucesos apenas atisbados y referidos con nulo ánimo reconstructivo, tanto del personaje en sí mismo, como de su relevancia histórica.

En Josefa, el musical de México, sin ser una obra didáctica sí se retrata por los cuatro costados la historia de esta mujer ejemplar, luchadora social que instigó la rebelión y la insurgencia en contra de los españoles, generando la guerra de Independencia. Al autor, sin embargo, no se le puede desprender la sombra del musical Evita de Andrew Lloyd Weber y Tim Rice, y el contrapunto de dicho personaje con el Che Guevara (aquí en Josefa… encarnado por Emeterio González, gran interpretación de Oscar Ugalde). No obstante, la sombra de Evita no hace mella ni al libreto, ni a la música, ni a la puesta en escena, muy al contrario, calibra a Josefa… con una fortaleza expresiva que logra trascender la influencia evidente y convertirla en un trabajo, como bien ha apuntado la publicidad, “absolutamente mexicano”, que no maquila un producto musical extranjero —como suele verse en los escenarios comerciales del teatro en México con repetida frecuencia— y sí manufactura un producto de dignidad creadora, decoro artesanal y fibra emocional que nos religa a la idiosincrasia del pueblo mexicano. Y al infortunio de algunos de sus héroes (al respecto, valga mencionar, por cierto, que magistral resulta la escena del fusilamiento de Hidalgo y Allende).

Obras como Josefa, el musical… dignifican al teatro nacional, le dan un rostro, lo dotan de una autenticidad y un sentido factual en nuestro tiempo, aunque personajes históricos de nuestra patria sean rechazados por el Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México porque, ha manifestado su titular: “los héroes no venden”, aun cuando el público siempre reciba a estos héroes ávido, gozoso, emocionado y hasta gratificado de encontrarse a sí mismo en el reflejo de su historia a través del teatro y en figuras como Morelos, Allende, Hidalgo, Guerrero o Josefa… a quienes aplaude de pie, como en este caso, donde amén de lo emotivo de la representación y la calidad de las interpretaciones (en todos sentidos), el público ovaciona —de pie, insisto— a Josefa…, producción independiente que, paradójicamente no cuenta con apoyos institucionales porque, para el gobierno de la Ciudad de México, a través de su vocero Ancona “los héroes no venden”, venden los artistas de cabaret (respetables en lo suyo) y es a los que se apoya irrestrictamente, porque tal parece que el Sistema de Teatros, tiene que “vender”, antes que apoyar e impulsar al teatro mexicano, en un despropósito de la verdadera función de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México que en todas sus otras áreas ha impulsado, a través de Eduardo Vázquez Martín, su titular, la mexicanidad, la idosincrasia y la preeminencia de nuestra cultura nacional, con loables resultados; el negrito en el arroz sin embargo, está en el teatro como “negocio cabaretil” que apuntala y avala actualmente el Sistema de Teatros de la Ciudad de México inexplicablemente “representado” por Ángel Ancona.

Por todo ello, Josefa, el musical de México debiera ser, como otras obras de héroes patrios, apoyada por la cultura institucional, y ya que se trata de una puesta más que encomiable; es un teatro comercial, pero independiente, que se trasciende a sí mismo, con notables partituras y letras, con una dramaturgia sólida y perfectamente estructurada, con inmejorables coreografías, con cuadros plásticos de lograda relevancia visual entrelazados por la iluminación y la limpieza del trazo escénico; con actuaciones memorables como las del experimentado maestro en el musical Manuel Landeta o la revelación en pleno de Jimena Parés (extraordinaria), o la excelencia de Oscar Ugalde, pero en general de todos y cada uno de los miembros del elenco: Hermes Ángeles, Sahron Ayon, Manuel Corta, Alejandra Desimone, Begoña Ibarreche, José Antonio López Tercero, Lucía Madariaga, José Andrés Mojica, Sergio Morel , Jimena Parés, Eduardo Partida, Adrián Pola, Juan Antonio Saldaña, Jabnia Sarai, Hugo Serrano, Christian Veac, Ginette Zavala y Camila.

El prodigio escénico mexicano llamado Josefa, el musical de México es una obra que todos deben ver, que se recomienda por sí sola y que sin duda está escribiendo la historia del moderno teatro musical mexicano. Hay que ir, de verdad todo mundo saldrá más que complacido.

Las funciones de Josefa, el musical de México son los viernes a las 20:30 horas, sábados 18:00 y 20:30 horas, domingos 16:00 y 18:30 horas. Teatro Hidalgo (Avenida Hidalgo 23, Centro Histórico, Metro Bellas Artes).