BENJAMÍN ROBLES MONTOYA*

No es casual la persecución del régimen privatizador de Mauricio Macri en contra de Cristina Kirchner, sus hijos y colaboradores más cercanos. Todas las argucias fraudulentas oficialistas para encarcelarla no logran probarle ninguna irregularidad. Es necesario advertir que cada día esas intenciones continúan y es posible que se agraven; sobre todo ahora que para el pueblo argentino surge la esperanza del retorno de Cristina como Senadora de la República. Ella se encuentra en el primer lugar, con el 33 por ciento de intención de voto a su favor para ser electa en octubre de este año cuando se tenga que renovar una tercera parte de la Cámara de Senadores (2017 – 2023).

La razón de fondo de tal persecución es la militancia y compromiso de Macri con las ideas del Consenso de Washington para desmantelar las políticas públicas de la “era Kirchner” (2003—2015) mismas que tuvieron como eje primario eliminar la injerencia del FMI, reducir la deuda externa y procurar el bienestar económico familiar.

El compromiso del macrismo: más deuda, privatizaciones y recortes

En cambio, en los primeros 18 meses de su administración, el macrismo adquirió una deuda adicional por 55,224 millones de dólares (mdd) haciendo crecer el monto final a 192,200 mdd con una tasa anual de pago de intereses por 12,500 mdd. Como parte de esto, a pocos días de su asunción, pidió prestado 16,500 millones de dólares para pagar totalmente la deuda a los “fondos buitres” por 9,300 millones de dólares. Así Argentina retornó al mecanismo preferido por los banqueros de “siempre pedir prestado para pagar deuda”. Este es el paraíso del sistema financiero internacional vigente. No por casualidad están en el gabinete actual, personajes con amplia experiencia ejecutiva en JP Morgan, Citibank, HSBC, Deutsche Bank y algunas trasnacionales petroleras. A esta desgracia se le debe agregar fuga de capitales; privatizaciones estratégicas, eliminación de subsidios; aumentos de tarifas públicas; y todo lo imaginable dentro de una política económica ampliamente conocida en México.

Los fondos buitres… más allá que una simple deuda 

Los “fondos buitres” son las bolsas de dinero que usan compañías financieras para comprar “bonos de deuda” depreciados –es decir están por debajo de su valor nominal – de gobiernos y empresas en el mundo, para posteriormente implementar estrategias legales internacionales y cobrarlos a precios mucho más altos que el propio valor de los bonos.

En la “era Kirchner” se implementó un programa de renegociación de deuda externa para pagar por adelantado y lograr quitas de la misma. Pero un pequeño grupo de acreedores se negaron a ingresar al programa y en el 2008 traspasaron sus bonos a los fondos buitres por 48 millones de dólares; estos fondos se negaron a entrar en los acuerdos de renegociaciones exigiendo en 2014 el pago de los mismos por una cantidad nueva de 1,500 millones de dólares, amparados en el aval del fallo del Juez Federal de Nueva York, Thomas Griesa; Cristina se negó a pagar ese abuso y su gobierno fue desestabilizado desde esferas internacionales.

Al renovar el ejecutivo, en el 2015, los banqueros se las arreglaron para hacer ganar a Macri, quien al asumir la presidencia pidió prestado para pagarles intereses, intereses de intereses moratorios y principal, lo que sumó la cantidad de 9, 300 millones de dólares que se depositó a los anónimos fondos buitres: Elliot, Aurelio, David Kempmer y Bracebridge, a cambio de su “inversión” inicial por 48 millones de dólares.

Ahora, Argentina tendrá la posibilidad de iniciar la reversión del desmantelamiento económico cuando Cristina Kirchner compita para ser senadora.

*SENADOR DE LA REPÚBLICA POR OAXACA

TWITTER: @BenjaminRoblesM