Nicolás Maduro anunció esta noche que la Asamblea Nacional Constituyente se aplazará un día y no se instalará hasta el próximo viernes. Las razones de esta demora servirían para ganar tiempo, ya que -esta vez- el presidente venezolano quiere que “se organice bien, en paz, con tranquilidad y todo el protocolo necesario”. Además, las 24 horas adicionales permitirían la proclamación de los 35 constituyentes que aún no han sido nombrados.

La toma de posesión tendá lugar además en el Palacio Federal Legislativo, sede del Parlamento de contundente mayoría opositora. Por esta razón, se espera que el choque de las movilizaciones de Gobierno y Oposición y el desalojo de los diputados de la actual Asamblea Nacional den lugar a nuevas escenas de violencia. Durante la noche de este miércoles, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) ya tomó un salón del Parlamento venezolano como parte de los preparativos de seguridad ante la instalación de la ANC.

Maduro aprovechó para anunciar la designación de Jorge Arreaza (yerno de Hugo Chávez) como nuevo canciller, en sustitución de Samuel Moncada, quien apenas estuvo algo más de un mes en el cargo. También reservó unos minutos para aclarar el fraude de los comicios, una manipulación desvelada ayer por la propia empresa organizadora de la votación Smarmatic: “Yo creo que fueron más de 10 millones a votar y más de 8 millones votaron, los otros dos tuvieron que enfrentarse a las balas y a las barricadas”. Igualmente, volvió a referirse a la conspiración exterior para defender la elección de la Constituyente: “Se está montando una agresión económica y militar contra Venezuela, encabezada por Donald Trump”. Siguió justificando sus movimientos e incluso reconoció que -por fuerza mayor- a veces tiene que comportarse como un dictador: “A mí me dicen dictador, yo no tengo nada de eso, pero a veces me provoca convertirme”.

La instalación de la Constituyente coincidiría con una movilización opositora para rechazarla, y con otra movilización chavista convocada para apoyarla. Sin embargo, y dado el cambio anunciado por Maduro, se desconoce si se mantienen ambas convocatorias. Mientras se acerca la toma de posesión, el Parlamento sigue trabajando en la sede legislativa alerta ante un posible desalojo o nuevos ataques de grupos de civiles, a veces armados, que dicen defender la revolución chavista y que han asaltado en varias ocasiones la Cámara.