Nuestro país ocupa el tercer lugar a nivel mundial con el mayor flujo de recursos financieros ilícitos, con un monto estimado en 53 mil millones de dólares en promedio, entre 2004 y 2013. Sólo es superado por China y Rusia, con 139 mil y 105 mil millones de dólares en promedio por año, señala un estudio Global Financial Integrity.

Estimaciones extraoficiales de las autoridades, en el país se lavan de 50 a 60 mil millones de dólares al año, monto que dista mucho de los recursos incautados.

Mientras que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda revela que el número de reportes de operaciones inusuales emitidos por las instituciones financieras repuntó en los últimos tres años, de 75 mil 500 en 2013 a casi 168 mil en 2016. En el mismo periodo los reportes de operaciones preocupantes se duplicaron de 122 a 248.

Sin embargo, datos del IV Informe de Gobierno, en donde se muestra que entre septiembre de 2015 y julio de 2016 sólo se logró el aseguramiento de 237 millones de pesos y 4.2 millones de dólares en las operaciones de combate al lavado de dinero.

Asimismo, se iniciaron 184 averiguaciones previas en el periodo y el total de detenidos fueron 27 y solo se obtuvieron 15 sentencias condenatorias.

Especialistas en el tema aseguran que el mayor problema es que pese a los millones de reportes que el sector financiero genera por posibles operaciones ilícitas, estos no derivan en investigaciones ni condenas, ni mucho menos en aseguramiento de recursos de la delincuencia, por lo que el lavado de dinero en México continúa avanzando.

Cabe señalar que las operaciones con recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero) constituye un delito que, por su propia naturaleza, contempla diversas conductas; un ejemplo lo tenemos en el Código Penal Federal de México que prevé la imposición de 5 a 15 años de prisión, así como multas, por las siguientes conductas: adquiera, enajene, administre, custodie, posea, cambie, convierta, deposite, retire, dé o reciba por cualquier motivo, invierta, traspase, transporte o transfiera, dentro del territorio nacional, de éste hacia el extranjero o a la inversa, recursos, derechos o bienes de cualquier naturaleza, cuando tenga conocimiento de que proceden o representan el producto de una actividad ilícita.   

Análisis realizados por expertos financiero indican que los lavadores de dinero aprovechan actividades poco legisladas como la recaudación de fondos vía plataformas digitales para ocultar el origen de recursos, además de los mecanismos tradicionales mediante empresas fachada.

 (Con Información de El Financiero y Forbes-México)