De cara a la renegociación del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) entre Canadá, Estados Unidos y México, y que arranca justo en este mes de agosto, las partes mexicanas involucradas en este estira y afloja que se antoja sumamente áspero deberán poner particular atención en el tema laboral, sobre todo porque en días recientes trascendió que autoridades laborales canadienses, estadounidenses y mexicanas acordaron mantener los acuerdos alcanzados en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) y así dar cumplimiento a los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre todo en lo que refiere a la revisión de salarios mínimos.

Sin embargo, para Alfonso Navarrete Prida, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), habrá que ser muy cautelosos al momento de renegociar los aspectos laborales del TLCAN, sobre todo porque en Estados Unidos existe una percepción (errónea, considero yo) de que las empresas estadounidenses vinieron a invertir en territorio mexicano para sacar provecho de la competitividad salarial, argumento que obviamente no está tomando en cuenta a aquellos sectores considerados altamente dinámicos en las exportaciones y en donde las diferencias salariales son mínimas. Si acaso, donde se pudieran presentar ciertas ventajas o desventajas es en lo relacionado a las prestaciones, lo cual se podría homologar con un poco de voluntad tripartita, obvio sin dejar de lado que en México existe una realidad salarial muy distinta a la de sus dos vecinos del norte.

Pero retomando el tema de los tratados internacionales aquí sí se esperan algunos desencuentros, sobre todo si tomamos en consideración que el gobierno de Canadá está cumpliendo al pie de la letra los ocho convenios fundamentales de la OIT, México tiene ratificados siete de estos y Estados Unidos solo está cumpliendo con un par de ellos. ¿Qué significa esto? Que las discusiones del TLCAN en materia laboral también abordarán el aspecto de la homologación de estándares.

Por lo anterior, es de reconocerse que en lo interno la STPS está haciendo su tarea para apuntalar aquellas áreas que requieren certidumbres, como el Servicio Nacional de Empleo (SNE), que en días recientes recibió, por parte del gobierno federal, una autorización de ampliación de recursos por 200 millones de pesos, monto que se aplicará directamente al funcionamiento de sus oficinas y el salario de sus trabajadores. No hay que olvidar que de diciembre de 2012 a junio de 2017 el SNE, a través de sus distintos programas, ha ayudado a colocar a 6 millones de personas en ocupaciones productivas remuneradas, y de esta cifra 71 por ciento corresponde a mujeres.

Contextualizando en números lo anterior, es importante destacar que en lo que va de la administración del presidente Enrique Peña Nieto se han abierto un total de 2 millones 839 mil fuentes de empleos formales y registradas con altas en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), por lo que se espera que al cierre de 2017 se supere la cifra de 3 millones de fuentes de empleo, que se ve factible de alcanzar en razón de que los meses más fructíferos para la creación de fuentes de trabajo son agosto, septiembre, octubre y noviembre.

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