Tal vez la comunidad internacional no reconozca a la Asamblea Nacional del presidente Nicolás Maduro, pero el mandatario venezolano propuso abrir un diálogo regional a través de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac). La finalidad es poner en la mesa todos los argumentos sobre la crisis venezolana para atender el aislacionismo que vive su gobierno.

La propuesta surge un día después de la cumbre de cancilleres de la Organización de Estados Americanos en Perú, donde se acordó la Declaración de Lima, donde 17 países de la región condenaron su régimen al considerarlo una dictadura que viola derechos humanos, promueve la transferencia de armas y se rehusa a una diálogo abierto con grupos prodemocráticos.

“Allí hablaron de bloqueo, que a Venezuela no se le preste ni un dólar”, denunció Maduro. “No veo la razón para que se nieguen. Se la pasan hablando de Venezuela. ¿Quieren hablar de Venezuela? Hablen conmigo, pues. Si nos tenemos que quedar dos días encerrados hablando de tú a tú, hablaremos y buscaremos recomponer las relaciones de América Latina y El Caribe. Hagamos una agenda común, con los temas que unen a la región”, propuso.

El mandatario sudamericano espera que esa cita pueda concretarse en el marco de la cumbre de la reunificación de Latinoamérica y el Caribe, que se realizará en San Salvador, sin la presencia de Estados Unidos ni Canadá. La sede sería propicia para Maduro, pues se trata de uno de los pocos países del área que ha apoyado al régimen bolivariano.

Por otra parte, el régimen madurista entregó a la Asamblea Nacional un proyecto de ley contra el odio, la intolerancia y la violencia, con la que espera controlar las protestas y críticas a sus miembros y altas jerarquías bolivarianas, que han estado sometidas a burlas y escarnio de opositores en las calles. Uno de estos casos fue el de Socorro Hernández, rectora del Consejo Nacional Electoral, quien fue insultada en un supermercado.

Según Maduro, el responsable ya está siendo buscado por las fuerzas policiales.