Hay visos de división en el PAN. Todo indica que los senadores Ernesto Cordero y Roberto Gil quieren darle pase automático al actual titular de la PGR, el somnoliento Raúl Cervantes, para que se convierta en fiscal general, mientras que la dirección de los azules pretende negar el regalo o por lo menos vender caro su amor.

No es un asunto menor. A quien resulte elegido como fiscal general le tocará investigar a los políticos del actual sexenio y los delitos en que hayan podido incurrir, lo que a juzgar por el crecimiento de sus fortunas tales delitos no han ser escasos ni de poca monta. Dejar esas posibles investigaciones en manos de un destacado miembro del actual grupo gobernante lo único que augura es impunidad.

Por supuesto, si quienes están ahora en el poder no investigaron a sus antecesores —léase Peña Nieto a Felipe Calderón y compañía—, lo menos que esperan es reciprocidad, lo que explicaría que dos senadores muy cercanos al propio Calderón estén por conceder el ansiado pase automático al ahora procurador general de la república.

Lo que está en juego no es un asunto menor, de ahí la necesidad de ablandar a Ricardo Anaya, el dirigente del PAN, a quien, mediante una filtración periodística, ya le sacaron a relucir la multiplicación de su fortuna, que de veintitantos millones de pesos habría pasado a más de 300 en un breve lapso. Anaya, como se sabe, confía tanto en las instituciones nacionales que tiene a su familia viviendo en Estados Unidos, a donde viaja cada semana para beneficiarse del calor de hogar.

Roberto Gil.

De ser cierto el desmesurado aumento de su fortuna, Anaya quedaría indefenso ante sus correligionarios. Pero como el joven líder no es de los que se arrugan, ya salió a responder a sus impugnadores, y lo hizo cobijado por la plana mayor de su partido, con la que no solo negó que apoyen el pase automático, sino que además están por suprimir su mera posibilidad.

Para mayor precisión, un boletín del CEN panista dice que “existe el riesgo de que durante el periodo ordinario que (se) inicia en septiembre, con mayoría simple, el PRI haga efectivo el transitorio del artículo 102 constitucional que activa el pase automático de procurador general de la república a fiscal general”, por lo que el PAN se manifiesta en favor de eliminar dicho transitorio.

De este modo, si la Fiscalía General no queda en manos de persona o personaje ligados al actual gobierno, dentro del PAN se habría realizado otro ajuste de cuentas, pues se reducen las posibilidades de que Margarita sea candidata. Así o más claro.