Tras sus declaraciones del pasado martes en las que el presidente de Estados Unidos amenazó a Corea del Norte con “fuego y furia” ante sus constantes provocaciones y pruebas balísticas, Donald Trump ha endurecido el mensaje al afirmar que quizá sus palabras “no fueron lo suficientemente fuertes”.

Antes de mantener este jueves una reunión con Mike Pince, vicepresidente de EEUU, y otros miembros de su Gobierno, Trump se mantuvo firme en sus amenazas al régimen de Pyongyang, que respondió a las palabras del presidente estadounidense lanzando su propio órdago al focalizar su atención en la isla de Guam, donde se encuentra una base naval estadoundiense.

Si el régimen de Kim Jong- un ataca, “debería estar muy muy nervioso”. ¿La razón? Según Trump, “les van a pasar cosas que no han visto nunca”. Una declaración de intenciones que no impide seguir hablando en términos diplomáticos, aunque en 25 años, ha dicho, esta vía no ha dado sus frutos: “Alguien tiene que hacer algo”.

Mientras tanto, Corea del Norte continúa lanzando misiles balísticos de tipo intercontinental como el que probó el pasado 28 de julio.