Las campañas políticas se trabajan con mucha anterioridad. De hecho se hacen con miras no sólo a conseguir un triunfo, sino a prevalecer en el poder lo más que se pueda. Eso parece ser lo que está demostrando Donald Trump, de quien se dice podría reelegirse en el 2020.

El comentario no lo hizo él, tampoco su vicepresidente Mike Pence o su vocero presidencial, puesto que ha sido el más endeble de la administración, fue Kellyanne Conway, una de sus principales asesoras y que hasta ahora se había mantenido en un perfil bajo. Sólo habría que considerar que ella fue la jefa de campaña del magnate inmobiliario durante 2016.

En una entrevista con la televisora ABC, Conway prácticamente dejó en claro que podría haber Trump para rato, es decir, al menos durante dos mandatos, que son los únicos que puede gobernar un presidente en Estados Unidos en caso de ser reelegido.

“El presidente dice a menudo en público y en privado, George, que él será presidente durante siete años y medio más, de modo que planea ser un presidente de dos mandatos”, declaró Conway a George Stephanopoulos, conductor del programa “This Week” en la cadena televisiva ABC.

Kellyanne es una mujer con gran astucia política. También mucha experiencia y dominio en los medios de comunicación. Fue comentarista televisiva en CNN, la agencia de información que tanto odia Trump, así como en Fox News Bussiness y en programas de alto rating como Good Morning America, Real Time with Bill MaherMeet the Press y Hannity.

De hecho, se cuenta que prominentes miembros del Partido Republicano saben que ella ya ha empezado una “campaña en la sombra” al margen de Trump para los comicios presidenciales de 2020. Así que la fiesta tardará en acabarse.

Sin embargo, Trump aun debe quitarse de encima los embrollos de la llamada trama rusa, la cual es un serio dolor de cabeza que ha salpicado no sólo a su equipo gubernamental, sino a él mismo.

Las investigaciones han llegado al plano en que se dice que existe suficiente evidencia como para crear un gran jurado; una revelación que imprimió nueva fuerza a las especulaciones sobre la indagación de Robert Mueller.

Esto significa que la pesquisa rusa lo puede poner en el banquillo de la justicia, aun cuando Trump siga pensando que se trata de una “farsa”.