Si uno ve los horrores que está sufriendo la gente, creo que no hay mejor momento para esforzarse por buscar una esperanza a través de la imaginación. Es hora de tratar de cambiar las cosas, o al menos de tener la esperanza de cambiarlas, de lo contrario vamos a explotar. 

Johnny Deep

Los ataques empezaron a arreciar. Calumnias, difamaciones, mentiras y estrategias que se implementarán para ir minando la credibilidad —si es que la hay— de actores políticos que se preparan para saltar a la palestra del terreno electoral. Pero no todos los obuses están sustentados en la falacia o en el engaño. Muchos de ellos, la mayoría, están sustentados.

Se trata de fortunas mal habidas, dobles discursos, vidas que parecen intachables y ocultan una doble moral. Crímenes inconfesables, esqueletos en el armario, que tarde o temprano saldrán y servirán de arma letal que puede hacer daño a la mejor de las reputaciones. O bien solo servirán para engrandecer el caudal de imputaciones que solo quedarán en ello y no habrá ni una consecuencia. Una raya mas al tigre y la vida sigue como si nada hubiera pasado.

A partir de ya, los mexicanos tendremos que sufrir miles de mensajes que pretenden posicionar a zutano, mengana o perengano, con el fin de que el día de las elecciones obtengan la mayor cantidad de votos, o bien con guerra sucia estos les puedan ser minados. Tristemente la historia se repite y seguirá repitiéndose, mientras los ciudadanos no nos decidamos a poner un alto total a toda esta pléyade de dispendios de recursos.

Viene un cambio trascendente para el país, nuevamente la cita en las urnas para cambiar de presidente de la república y Congreso Nacional. Además de gubernaturas, alcaldías y congresos locales. Miles de cargos en disputa y una nueva posibilidad de hacer un cambio de fondo, real y permanente. Pero lamentablemente parece que esto no sucederá, no se ve en el ánimo social que se respiren vientos de cambio.

Mas bien el hartazgo y el desanimo han permeado hasta los huesos y paralizado la acción y conciencia ciudadana. No se ven por ningún lado líderes destacados que puedan enarbolar estas banderas de transformación, tampoco movimientos sociales que puedan ir creciendo e integrar el aglutinador de esperanzas y anhelos de un mejor país con buenos gobiernos.

Indistintamente de quien pueda ganar la elección presidencial, necesitamos instituciones, reglas y acuerdos que den viabilidad a un autentico gobierno preocupado por los ciudadanos y por el país. De lo contrario, solo tendremos una nueva administración que se encarga de irla pasando, llenarse los bolsillos, no proponer nada de fondo y afianzar su efímero poder el mayor tiempo que le sea posible.

Hemos llegado a lo peor de la barbarie, a nadie le convienen las cosas como están. Ya no es suficiente en México un cambio de personas o partidos. Necesitamos de manera urgente un cambio verdadero, de fondo.

@perezcuevasmx

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