El nombre ha cambiado, la propuesta es la misma: formar un frente como alternativa ante las opciones partidistas que representan el PRI y sus aliados, así como Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena. Tuvo que darse la crisis interna en Acción Nacional y la obstinación del PRI para imponer a un fiscal general, para que se diera el primer paso y se formalizara ante el INE la conformación del Frente Ciudadano por México, que tiene entre sus objetivos formar un gobierno de coalición.

Sin embargo ahora viene lo más difícil: alcanzar un acuerdo de frente electoral para ir en candidaturas en 2018, en organizaciones políticas muy disímbolas y donde estén acompañados por una amplia participación ciudadana.

Uno de los creadores de la propuesta, el gobernador de Morelos, Graco Ramírez hace a un lado sus aspiraciones presidenciales y habla a Siempre! sobre el pegamento que une hoy al PAN, PRD y Movimiento Ciudadano. El propósito común, asegura, es construir un nuevo régimen; reconoce que los candidatos del PAN tienen mayor aceptación en las encuestas.

Su opinión sobre el frente democrático integrado por PAN, PRD y MC. Un frente que hace 8 días estaba desinflado y prendió en los últimos días…

En México hemos logrado una alternancia política que es novedosa a partir de 1997, comienza con el relevo presidencial que era impensable en un país que tenía la certidumbre de que quien había gobernado por cerca de 7 décadas, ¿seguiría gobernando?

Esta alternancia generó también un despertar político muy sólido, muy fuerte y ese despertar político y las redes sociales acompañan este fenómeno de la participación que libérrimamente la gente dice lo que quiere, convierte mentiras en verdades o descubren verdades que no se ven.

En esta velocidad de la crisis, pasamos de un régimen hegemónico de un partido político que era el partido casi único, motor y fuerza política de una definición de presidencialismo muy sólido, a un relevo presidencial y a un sistema político de competencia entre partidos que no ha logrado madurar porque la crisis que se expresa en el Estado mexicano, se expresa en los partidos. Los partidos son parte del Estado mexicano.

 

Buscamos distinguirnos de las otras propuestas

Estamos en la búsqueda no de una alianza electoral sino en el frente que queremos construir con la intención de responder a esta crisis para generar una nueva forma de gobernar el país; y no lo digo como un tema de propaganda electoral, partidista o del frente en sí.

El Frente Ciudadano que se ha planteado tiene un compromiso que no solo se agota en 2018. El convenio firmado y presentado ante el INE es de 2018 a 2024; nos obligamos a estar juntos 6 años. Partimos de la necesidad de construir estas tres expresiones —PAN, PRD y MC— y las que se sumen, un gobierno de coalición y una coalición parlamentaria para generar en el país una mayoría que permita transitar en reformas importantes y una de ellas es el régimen político presidencial.

El candidato mismo del frente que asuma la candidatura presidencial, el que se decida bajo el mecanismo que está por resolverse, va a partir de la base de que será presidente pero no va a ejercer las facultades como ocurre hasta ahora, porque va a comprometerse, a autocontenerse para hacer una reforma constitucional.

Asumirá, en una segunda etapa del gobierno, un gabinete que tendrá necesariamente la aprobación de la mayoría de un Congreso y un programa de transición política que se va a cumplir puntualmente.

Tengo la esperanza fundada en que esta coalición de gobierno y parlamentaria va a permitirnos transitar en lo que falta del cambio político en México, de la alternancia a la transición de un nuevo régimen y poder a partir de 2024, contemplar otro tipo de instituciones democráticas en el país, consolidar lo bueno que se ha hecho, porque hay cosas muy importantes que se han hecho, acordadas y construidas entre todas las fuerzas en este país, en diversos momentos.

El frente quiere distinguirse de lo que va a ser la propuesta partidista o política que haga la alianza que construye el PRI, que se finca en un presidencialismo que no resiste, que no da más, porque lo estamos viendo, es evidente.

Y también de una candidatura unipersonal que se plantea a sí misma como la solución, con la petición de un cheque en blanco, para que él, siendo bueno como dice que es, pueda resolver los problemas del país. Su alternativa no es un partido político, no tiene vida democrática interna y él es la figura salvadora del país, como se asume. Me refiero a la alternativa que representa y la propuesta de Andrés Manuel López Obrador.

En esa expectativa vamos a decidir los mexicanos qué queremos. Un gobierno de amplia coalición, plural, diverso, que se construye entre partes opuestas, partes que no tenemos coincidencias en muchas cosas, las ideologías son diferentes pero nuestro compromiso político puede ser común y lo podemos hacer. Hay ejemplos en Chile, en Alemania, en muchos países se han construido ese tipo de acuerdos que han permitido transitar para refundar una república diferente, democrática, sin violencia y fortaleciendo el Estado de derecho.

 

Autocontención contra el protagonismo

¿Qué mecanismos están planteando?, ¿cómo aterrizar este frente para encarar un 2018 muy ríspido?

Si me hubiera preguntado hace un mes si tenía esperanzas en que se pudiera hacer el frente, la expectativa era pesimista, mucha gente me decía: te apuesto doble contra sencillo a que no van a ponerse de acuerdo.

Llegamos al acuerdo, dimos el paso, incluso Movimiento Ciudadano planteó su propuesta de denominación en lugar de Frente Amplio como originalmente planteamos, hasta que finalmente acordamos formar el Frente Ciudadano Democrático.

Este frente nos lleva a reacomodar los mecanismos para un programa, para una candidatura presidencial y todas las candidaturas a senadores, diputados, gobernadores, alcaldes. Todo lo que está en este paquete electoral 2018, vamos a ir juntos en una coalición total y esto va a ser un precedente muy importante.

Es una construcción que requiere mucha paciencia, mucha persistencia y una actitud de autocontención contra el protagonismo. El protagonismo no puede ser el que decida hacer un frente porque nadie está dispuesto a trabajar por una persona sino que trabajemos por un proyecto y esa es la virtud, trabajar por un proyecto, no por una persona.

Ya se conformó el frente, pero ahora viene lo difícil, las candidaturas y, sobre todo, la presidencial, ¿qué perfil debe tener este candidato que va a representar a partidos tan disímbolos?

Va a representar un proyecto no de partidos, sino de un programa, de una coalición, tiene que representar el proyecto de todos, eso va a modificar mucho su discurso, su propuesta, su manera de plantear las cosas, que todos asumamos que él nos representa a todos, no solamente es una parte de ese todo, es representar la síntesis de todas esas partes.

Por ello me parece muy importante que el método que decidamos tiene que ver con una cuestión: conocer la opinión de la gente acerca de la candidatura que consideremos más viable, si esto se acuerda popularmente cometeríamos un error. Sería no escuchar ni ver con qué instrumentos contamos mediante el método estadístico de las encuestas, que tienen un valor científico; y la otra, el mecanismo de consenso político para que quien salga candidato a presidente tenga esos avales del respaldo de los ciudadanos y el acuerdo de las fuerzas que componen ese frente.

¿El triunfo del frente podría estar en un candidato ciudadano?

Hay quienes así lo piensan, lo veo muy difícil. Ahora que estuvo el gobernador Jaime Rodríguez en el coloquio que convocamos en Cuernavaca, Jaime representa una experiencia política inédita, un candidato independiente que gana una gubernatura, si uno observa las encuestas, los análisis de opinión y lo que hay en la geografía política del país, no hay ningún candidato independiente que pueda encabezar la aspiración presidencial con fortaleza.

Jaime representa 8 o 10 por ciento de esas preferencias, muy importante, representa más que otros partidos del frente o tanto igual que lo que puede representar el PRD hoy. Tenemos que valorar que si hubiese un candidato ciudadano ideal en el que pudiéramos encontrar las virtudes necesarias para que nos represente a todos, sería lo mejor. Con realismo, no observo esa posibilidad, no encuentro a esa persona, y a los que insisten en que una condición debe ser que sea una figura independiente a los partidos, les digo: si lo descubren y nos convence, adelante.

Candidatos puros… ¿no hay?

No lo veo y no porque no haya madurez en los liderazgos de los partidos, sino porque no hay ninguna personalidad que se pueda reconocer con esa fortaleza. Todos tienen una parte, están Miguel Ángel Mancera y Silvano Aureoles de nuestra parte, yo ya me descarté, mi trabajo es para construir el frente y a eso me he avocado. Ellos tienen las condiciones para crecer y poder ser candidatos, pero también hay que reconocer que los del PAN tienen mayor aceptación y respaldo en las encuestas. Hay que ver lo más conveniente, que nos represente a todos, por eso lo ideal sería que fuese independiente a todos, pero es muy difícil.

Se habla  de que el candidato a la presidencia podría salir de las filas del PAN, y el candidato al gobierno de la Ciudad de México sería de la izquierda

Hay que ver cuál va a ser el acuerdo, de qué fuerza, expresión o personalidad dirige el Senado, quién va a la Cámara de Diputados, quién va a ser el jefe del gabinete y quiénes van a ser los ministros de la parte social y económica. Va a ser una experiencia inédita y tenemos que probar que podemos hacerlo.

Cuando se llegue al gobierno, porque creo que vamos a ganar las elecciones —y es que veo encuestas de que aun sin candidato, la gente ve con simpatía este esfuerzo plural— y podamos construir un gobierno y un ejemplo de muchas de las cosas que la gente quiere que ocurran en este país: un gobierno con transparencia, con honestidad, que rinda cuentas, que restablezca el Estado de derecho e incluso la pertinencia de discutir el tema de la seguridad, así como revisar con valentía la política prohibicionista de drogas.

La responsabilidad es muy grande, queremos demostrar que la suma de voluntades y la pluralidad misma de este frente es lo que puede garantizar la gobernabilidad. Un ejemplo: ustedes pensaron que iba a haber alternancia en México, si no hubiéramos logrado hacer del INE un árbitro independiente al gobierno, hubiera sido imposible porque la reforma que hicimos en 1996 nos llevó a que en 1997 se diera la alternancia política, y en 2000 se confirmó con un IFE imparcial, que fue un arbitro reconocido por todos.

 

AMLO va a acrecentar sus facultades presidenciales

Si no hay esa pluralidad y ese acuerdo, no veo quién va a cambiar el régimen. Si vamos a la lógica de la competencia entre candidatos, imagínese a López Obrador dispuesto a modificar sus facultades presidenciales, no, las va a acrecentar, y si no encuentra acuerdos con el Congreso va a ejercer acciones autoritarias de la peor tradición del presidencialismo mexicano.

Si el PRI ganara la elección y le diera continuidad a este gobierno, seguirá siendo un sistema de intereses y de amigos, la lealtad no es a un proyecto sino al presidente, al jefe que es el que encabeza esta expresión de que ocurren cosas graves en México y ningún secretario de Estado es responsable de nada, porque quien lo puso decide que no lo quita, porque es su gran amigo.

La lealtad no es a la institución, es al presidente, son las cosas que hay que entender. Se trata de hacer las cosas diferentes y que tengamos una rendición de cuentas ante un Congreso que sea la fuerza que nos legitime, y ese Congreso legitime a ese gabinete y se le rinda cuentas y haya un control político de las acciones del gobierno.

¿Cómo ve el futuro político de Graco Ramírez?

Trabajando en este proyecto. Comencé en la lucha estudiantil del 68, participé en la lucha por ser reconocido en sus derechos como izquierda, logramos la reforma política, la amnistía de los presos políticos, transitamos a la competencia política, aprendimos a ser demócratas, porque nos formamos en unas ideas con cierta cultura autoritaria, socialistas que teníamos en nuestra forma de ver el mundo y la vida; cuando en 1989 se cae el muro de Berlín y el sistema soviético y el socialismo real, nos percatamos que sin democracia no hay régimen político que pueda avanzar.

Puede ser imperfecto pero es la única manera, la democracia y las libertades es lo que le da vida a una sociedad y fortaleza a un país. México es otro; cuando yo empecé a hacer la lucha política y el México que me queda en mis próximos 15 o 20 años buenos —por mi edad, biológicamente hablando—, me veo aportando y sumando para que este país cambie y sea un país con mayor paz, seguridad, con mayor fortaleza del Estado de derecho y más equidad social. Me veo trabajando en eso.