Luego del paso de los huracanes Irma y Harvey por el sureste de Estados Unidos, un grupo de artistas estadounidenses llevaron a cabo un festival para reunir fondos en favor de las víctimas de ambos meteoros. En su presentación, la cantante Beyoncé decía: “Los efectos del cambio climático se manifiestan día con día en el mundo… Tenemos que estar preparados para lo que viene después…” De su lado, el legendario cantante Stevie Wonder afirmaba sin decirlo, pero rozando la postura del presidente Donald Trump en relación con el tema: “Quien crea que no hay nada como calentamiento global debe ser ciego o tonto…” Aprovechando la ocasión, otros de los participantes hicieron también la misma crítica, lo cual al siguiente día era condenado por los medios ultraconservadores pro Trump como manifestaciones de “demócratas izquierdistas”.

Unos días después se llevó a cabo la entrega de los Premios Emmy 2017. De nueva cuenta, el evento aquí también fue aprovechado por varios de los presentadores y premiados para hacer crítica y burla del mismo Trump, un hecho que motivó que esos mismos medios ultraconservadores consideraran la entrega de los icónicos Premios de este año como: “ciertamente el evento políticamente más cargado de todos los tiempos…” Como quiera, ambos sucesos se convertían así en representativos del clima que en estos tiempos campea en Estados Unidos: una grave división social y política que hoy se vive en el país.

Lo importante aquí, en todo caso, es tratar de comprender si dicho clima es consecuencia de una figura como la del polémico multimillonario, o si es resultado de problemas de mayor fondo. La realidad es que la Unión Americana no es ya lo que fue hasta los años setenta del siglo pasado: una nación pujante. Y hoy tal circunstancia no es distinta, como los siguientes datos lo revelan:

1) De acuerdo con el Departamento del Tesoro, la deuda federal ha sobrepasado ya por vez primera los 20 billones de dólares, obligando de nueva cuenta al presidente a pedir al Congreso un aumento del techo autorizado de dicha deuda, lo que representa una mayor presión sobre el gasto gubernamental. 2) Junto a ello, en el entorno de la emergencia de nuevos y crecientemente poderosos actores como China, de acuerdo con Bloomberg el déficit comercial del país alcanzó ya en este 2017 los 48 mil 500 millones de dólares, el más grande desde el 2012. 3) A pesar del momento de recuperación con más empleos que en estos meses se vive ahí, lo cierto es que la realidad del mundo laboral es apabullante: de acuerdo con datos recientes del Departamento del Trabajo, el número de norteamericanos por arriba de los 16 años que se encuentran desempleados por cualquier motivo, alcanza los 94 millones 785 mil personas.

Entre otros muchos, son estos datos un botón de muestra del insoluble declive que el país padece y el nivel de empobrecimiento que el mismo provoca en no menos de 32 millones de personas que se ven afectadas por la creciente precariedad en el empleo con salarios insuficientes, el creciente gasto en salud ahora sin el Obamacare, la imposibilidad de que un trabajador de salario mínimo pueda acceder a una vivienda digna y muchos otros problemas por los cuales un creciente número de ciudadanos muestran su descontento de diversas maneras.

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