Según se cuenta, el mundo estuvo en riesgo de una guerra nuclear durante la llamada Crisis de los misiles, que ocurrió cuando la entonces Unión Soviética acordó colocar misiles nucleares en Cuba, como una forma de proteger la isla, pues había estado amenazada de una invasión por parte de elementos anticastristas apoyados por Washington. Este hecho tuvo lugar en octubre de 1962.

Eduardo Rosales.

A casi 55 años de ese acontecimiento, que puso en vilo al mundo entero en el seno de la Guerra Fría, otra tensión internacional ha generado una preocupante expectativa en medio de una situación parecida: la crisis entre Estados Unidos y Corea del Norte. En menos de un mes, estos dos países han intercambiado acusaciones y amenazas como nunca antes, incluso durante el periodo de la Guerra Fría.

Tanto el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien se ha expresado con burla de las amenazas proferidas por su contraparte norcoreano, como Kim Jong-un, quien no dudó en decir que hundiría a Japón y reduciría a cenizas la Unión Americana, han puesto con los pelos de punta a la comunidad internacional ante una posible guerra de alcances nucleares.

Para el doctor Eduardo Rosales, internacionalista de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, la problemática Estados Unidos-Norcorea se encuentra en un nivel muy peligroso que podría salirse de control en cualquier momento. Para este experto analista, la situación de guerra se encuentra como una moneda en el aire y las movilizaciones y maniobras bélicas son tan reales que el temor de un enfrentamiento, inicialmente de baja intensidad o convencional, ya se respira abiertamente. Para él, solo hace falta que alguno de los dos protagonistas se descontrole para que el conflicto pase a una fase peligrosamente activa.

Esta es la entrevista que el doctor Rosales concedió a Siempre! vía telefónica.

Actitud arrogante de EU

En su opinión, ¿en qué situación se encuentra la crisis entre Estados Unidos y Corea del Norte en la actualidad?

En un punto muy delicado. La situación se deteriora cada vez más y no hay visos de una solución o siquiera un intento de acercamiento entre la principal potencia del mundo, Estados Unidos, y la República Popular Democrática de Corea (RPDC). Si recordamos, la situación se ha agravado debido a la posición dura que Donald Trump ha manejado desde el inicio de su gobierno. Este ha estado dirigido no a buscar una solución consensuada, que sería el primer paso de toda diplomacia, sino a imponer una política arrogante para hacer desistir a Norcorea de suspender sus programas balísticos y nucleares, y de paso, ponerla de rodillas, de hinojos.

Esto por supuesto no es algo que le guste a los norcoreanos, quienes han apostado todos sus esfuerzos para contar con un arma disuasiva para mantener su independencia como Estado.

Corea del Norte se siente cada vez más atrapada, más acorralada por la política estadounidense y me temo que el rango de acción que tendrá será un punto de inflexión en el que podría tener mucho que ver el uso de la fuerza militar.

Hay que recordar que recientemente el Departamento del Tesoro impuso sanciones contra ocho bancos norcoreanos. También bloqueó a decenas de representantes financieros suyos que operan principalmente en países como China, Rusia y otros en Oriente Medio. Las sanciones ya llegan incluso a hacer inoperantes sus exportaciones de productos enlatados y textiles, que son los más fuertes de su sector productivo.

Norcorea ha reaccionado reforzando sus baterías bélicas en la costa ante la constante amenaza de que aviones estadounidenses pueden sobrevolar su territorio. Prácticamente todo está en el aire.

Si bien la crisis de los misiles en los años sesenta nos mostró un fase muy delicada del armamento nuclear, también podemos decir que por lo menos había dos gobernantes como John F. Kennedy y Kruschev, quienes pensaron más allá de la circunstancias colaterales que podrían desencadenar.

Creo que estamos en el momento más difícil de esta crisis, la cual, de desatar una guerra, podría afectar no solo a estos países, sino al mundo entero, Hay que recordar que Estados Unidos cuenta con 28,000 soldados en Corea del Sur, con más de 50,000 en Japón, país que también se mantiene en constante alerta sobre todo por los misiles norcoreanos que han sobrevolado su territorio en las últimas semanas.

No se puede opinar fácilmente teniendo a dos protagonistas de esta crisis con un temperamento que en cualquier minuto puede traicionar su propia ecuanimidad.

Estamos hablando de un Donald Trump que ha dado muestra de ser intransigente, muy cambiante y hasta se le ha calificado de ser impredecible.

Otro de los problemas son sus generales en el Pentágono, que son los que han delineado este camino de la tensión para arrodillar a Corea del Norte.

Por una parte, el mensaje que han enviado al régimen de Kim Jong-un es el de una guerra con todas las ventajas a su favor, tal y como lo hicieran con Siria hace unos meses, a la que bombardearon con misiles de gran precisión. Otra demostración de fuerza contra Norcorea fue también el lanzamiento de la llamada Madre de todas del bombas en Afganistán, que pesa más de diez toneladas y es considerada como el arma no nuclear más potente del mundo.

Personalidades en conflicto

¿Qué perspectivas hay de que se desate una guerra altamente estratégica? Corea del Norte ha dicho que no dudará en usar todo lo que tenga a su alcance, incluyendo su potencial militar nuclear. Interpreto un poco el comentario anterior y me parece que deduce que el inicio de una guerra empezaría primero por un ataque de baja intensidad como los dos anteriores que me describió.

Esa es un perspectiva muy interesante, porque nos induce directamente a evaluar el potencial y las actitudes bélicas que puedan tener ambos contendientes. Vemos entonces que el mundo está en un riesgo máximo, pues si bien se teme que Trump pueda adoptar decisiones extremas, también tenemos por otro lado a un Kim Jong-un que tiene lo suyo, que es un líder joven, autoritario, duro y hasta inflexible.

Ya se habla de guerra directa

De hecho, se puede decir que ya existe una declaratoria de guerra, ¿en qué nivel se encuentra entonces la política internacional en este momento, cómo lo podemos interpretar?

Muy preocupante. El canciller norcoreano respondió a las declaraciones hechas por el presidente estadounidense en la Asamblea de la ONU al decir que las interpreta como una “declaración de guerra”. El siguiente paso a este comentario lo tendría que dar Estados Unidos. Como tal no hay una declaratoria de guerra, sino la exposición de que el conflicto entre Estados Unidos y Norcorea está subiendo de tono y de nivel.

Por supuesto que, en casos como estos, todo está considerado, tanto ataques convencionales como el uso de los reductos más estratégicos como las bombas nucleares.

También es preciso decir que Norcorea tiene un ejército de más de un millón de efectivos. No es cualquier país, pues también hemos visto que cuenta con el potencial nuclear e incluso posee la bomba de hidrógeno, que fue la que vimos que probó este mismo mes. También sabemos que cuenta con el potencial balístico para transportar las ojivas; eso era la mayor preocupación que ha tenido el mundo, incluso Estados Unidos.

También cabría preguntarse que, en caso de una conflagración, los primeros países que resultarían afectados son Corea del Sur y Japón; este último ya constató el poderío balístico que Pyongyang tiene, tras las recientes pruebas de misiles norcoreanos que han sobrevolado su territorio.