Si lo hizo o no, Rusia ya desencadenó una crisis no sólo en el sector político, sino mediático. Este jueves, las firmas de redes sociales Google, Twitter y Facebook fueron citadas a comparecer el 1 de noviembre sobre la posible injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales.

Se trata de las tres empresas más influyentes en la difusión social y tecnológica, las cuales están bajo la lupa del Comité de Inteligencia del Senado por la presunta utilización de sus plataformas para influir en los electores estadounidenses a que votaran en favor del actual presidente Donald Trump.

Hasta el momento, de las tres firmas, sólo Facebook ha manifestado su deseo de colaborar con las investigaciones y poner a disposición del congreso, la información relacionada con la compra de publicidad por parte de usuarios rusos durante el periodo electoral.

Google negó haber estado involucrado en la trama rusa; sin embargo se supo que un portal noticioso conocido como Buzzfeed, difundió anuncios de personas que buscaban términos racistas y antisemitas.

A su vez, la cuenta del pájaro azul reconoció que durante la campaña se divulgaron a través de su plataforma mensajes contra la candidata demócrata, Hillary Clinton.