En medio de reclamos y acusaciones por parte de la bancada de su partido, Ernesto Cordero fue designado como nuevo presidente del Senado de la República. Gracias al respaldo del PRI, Verde, PRD, PT, Cordero recibió 77 votos a favor, dos abstenciones con lo que logró derrotar a la propuesta de su bancada de imponer a Adriana Dávila y Angélica Rojas.

Luego de 10 horas de negociación encabezadas por Emilio Gamboa Patrón, quien fue elegido como presidente de la Junta de Coordinación Política, así como el apoyo de los panistas Jorge Luis Lavalle, Salvador Vega Casillas, Javier Lozano, Roberto Gil, Octavio Pedroza y Sonia Mendoza, se lograron sacar los consensos pese al reclamo de traición que hiciera el coordinador del PAN, Fernando Herrera.

Entre las acusaciones que Herrera lanzó en contra del nuevo presidente del Senado se encuentra la de que el nombramiento de Cordero se convertirá en la moneda de cambio para destrabar la designación de Raúl Cervantes como primer Fiscal General de la República.

“Este es un atropello; esta es una vergüenza. Ya vimos quiénes son los traidores que le han dado la espalda al pueblo de México. Negociando a las espaldas, traicionando la confianza de millones de mexicanos. ¡Adelante! Hagan lo que quieran. No lo podrán hacer con México”, señaló Herrera.

¿Cómo quedó repartido el pastel?

Tras las negociaciones, el PRD logró una vicepresidencia extra; el Partido del Trabajo se quedó con el Instituto Belisario Domínguez que presidirá su coordinador Manuel Bartlett. Con esta decisión el PRI junto con el Partido Verde, logró los votos que necesita para los nombramientos y reformas pendientes, entre ellos la Ley Orgánica de la nueva Fiscalía General que daría el pase automático al actual procurador Raúl Cervantes.

Cabe destacar, que por segunda ocasión, Ernesto Cordero se convierte en presidente del Senado en medio de confrontaciones con la dirigencia de su partido. En 2013, luego de una lucha frontal con el entonces presidente del PAN, Gustavo Madero, fue destituido. En esta ocasión lo hace con su dirigente actual Ricardo Anaya lo que provoca una inevitable ruptura en el partido.