En su discurso del Estado de la Nación, pronunciado el 29 de enero del 2002, el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, incluyó a varios países relacionados con el terrorismo, a esa lista se le llamó el “Eje del Mal” y en ella se encontraban países como Irak, Irán y Corea del Norte. En una actitud muy parecida, este lunes, Donald Trump extendió el veto migratorio que mantiene sobre Irán, Libia, Siria, Yemen, Somalia, Chad a Norcorea y Venezuela, por cuestiones de seguridad nacional. La nueva disposición entrará en vigor el 18 de octubre.

“Hacer América más segura es mi prioridad número uno. No admitiremos el ingreso de aquellos que no podamos escrutar con certidumbre”, dijo Trump.

A diferencia de su famoso veto migratorio, que al menos tiene una duración de tres meses, está dirigida contra los regímenes de Corea del Norte y Venezuela, no tiene un plazo y puede ser extensible tanto como se requiera.

Estados Unidos prohíbe el paso a los ciudadanos norcoreanos, sean inmigrantes o no, porque a su parecer no cumple con ninguno de los criterios que exige para ingresar a su territorio. En el caso de Irán, se permite que los iraníes migrantes prosigan los programas de intercambio de estudios. A los somalíes se les impide emigrar, pero se les autoriza la visita bajo fuerte controles.

En cuanto a Sudán, que se encontraba en la lista migratoria, está condicionado a una serie de revisiones cada 100 días, de acuerdo con los avances que la administración Trump apruebe, respecto a los “problemas detectados” con ese país africano.