Si ve por televisión el maratón con una temporada completa de su serie favorita, es muy probable que duerma mal esa noche, sugiere una nueva encuesta que observó los hábitos televisivos y los historiales de sueño de más de 420 personas de entre 18 y 25 años de edad.

“Nuestra investigación indica que ver televisión de forma regular (cambiando de un programa a otro) no se asocia con el sueño ni la fatiga, mientras que ver episodios múltiples del mismo contenido sí”, dijo la autora del estudio, Liese Exelmans, investigadora doctoral en la Facultad de Investigación en Comunicación de Masas en la Universidad de Lovaina, en Bélgica.

Sueño de peor calidad

En el estudio de la especialista, publicado en la revista Journal of Clinical Sleep Medicine, tras analizar los resultados de la encuesta, los investigadores encontraron que más de 4 de cada 5 encuestados describieron que realizaban maratones de televisión. Más o menos una quinta parte dijo que había hecho maratones de televisión al menos unas cuantas veces por semana en el mes antes de la encuesta, mientras que un 7 por ciento dijo que lo había hecho casi todos los días en los 30 días anteriores.

La mayoría de los encuestados dijeron que cumplían las recomendaciones actuales que aconsejan a los adultos dormir de siete a nueve horas cada noche. En promedio, los encuestados dijeron que dormían poco más de 7.5 horas por noche.

Pero el equipo de investigación también encontró que los que hacían maratones de televisión al final experimentaban un sueño de peor calidad que los que no, aunque durmieran un tiempo razonable. También reportaron una mayor fatiga, en comparación con los que no hacían maratones de televisión.

Se deben establecer buenos hábitos

“Creemos que la razón se debe a que implicarse en el mismo contenido durante horas a la vez podría dejar a los televidentes pensando en la serie, lo que sucedió y lo que sucederá luego”, apuntó Exelmans. Esto podría aumentar el estado de alerta, incrementar el latido cardiaco de un individuo y conducir a un periodo de “relajación” más largo antes de que un televidente en realidad pueda quedarse dormido, señaló.

El resultado: dormir peor y un mayor riesgo de estar fatigado al día siguiente. Para evitarlo, la especialista recomienda crear un horario e intentar cumplirlo. “Es un tema de autocontrol, hay formas de mejorarlo. Al final se trata de establecer hábitos, algo que puede resultar difícil”, dijo Exelmans, “pero una vez se logra hacer de la rutina nocturna algo habitual, hay muchas probabilidades de cumplirla”.