Luego de la emergencia por los sismos de septiembre pasado, los partidos políticos comienzan a presentar propuestas con el fin de destinar las prerrogativas que reciben a las tareas de reconstrucción. La más llamativa de todas ellas es la que propone eliminar el financiamiento público para que los recursos destinados a ese fin se redirijan a los damnificados, algo que ha empezado a generar una discusión que podría afectar el sistema de partidos en el país.

Financiamiento público vs. privado

El financiamiento público se definió como la principal vía para que los institutos políticos recibieran recursos financieros. La idea que animó esta reforma legal fue evitar que el dinero de empresarios o, incluso, del crimen organizado pudieran influir en las elecciones.

Que el Estado se convirtiera en la fuente principal de financiamiento del sistema de partidos mexicano se defendió bajo distintos argumentos que tenían que ver con el fortalecimiento de los institutos políticos.

Pero ahora, en el marco de la emergencia por los sismos del 19 de septiembre, surge la idea de eliminar el financiamiento público para que dichos recursos se utilicen en la reconstrucción y atención a damnificados.

Es decir, estamos a la puerta de lo que podría ser un cambio sustantivo en el modelo de partidos que tenemos, pues al prescindir de los recursos públicos tendrán que buscar dinero en otras partes, lo que puede abrir la puerta no solo al ingreso de nuevos actores políticos, sino a la desaparición de fuerzas partidistas de menor tamaño.

Jesús Cantú Escalante.

Abrir la puerta al dinero o disminuir el financiamiento

Siempre! entrevistó a Jesús Cantú Escalante, catedrático del Instituto de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), y a Manuel Espino Barrientos, diputado federal y expresidente del PAN. Ambos muestran posiciones encontradas acerca de este tema, pues en tanto que uno de nuestros entrevistados propone regular el financiamiento, sin desaparecerlo, el otro pide su completa eliminación por la irresponsabilidad de los partidos.

“Estando de acuerdo en que el financiamiento público se justifica, lo hecho por los partidos justifica todavía más que no haya más dinero para ellos”, sostiene Espino Barrientos.

“¿Por qué no cancelarlo?, porque, primero, los partidos serían muy vulnerables a recibir financiamiento de distintas instancias con intereses muy específicos y particulares, es decir, habría un mayor riesgo de una captura de partidos y candidatos por parte de cualquier instancia, lícita o ilícita, que tenga dinero y esté dispuesta a donarlo”, argumentó Cantú Escalante.

“Esa demagogia barata de que los partidos de qué van a vivir no va, milité 35 años en un partido, y lo hice cuando no había financiamiento público y rifábamos vehículos, vendíamos tortas, lo que se podía y habrá que regresar a eso, que se vuelvan a ganar la confianza ciudadana los partidos, todos sin excepción, no hay uno que pueda decir que no ha hecho mal uso del financiamiento público”, señaló el expresidente del PAN.

“Es cierto, que el hecho de que haya financiamiento público no garantiza que no va a haber estos recursos, como se vio en los casos del Pemexgate y Amigos de Fox, ahí vemos claramente que hubo recursos públicos derivados a un partido, el PRI, y recursos de empresas y particulares por montos superiores a los autorizados por la ley, incluso triangulados desde el extranjero, en el caso del PAN, y por supuesto no creo que hoy pueda meter las manos a la lumbre para decir que no hay dinero del narcotráfico en, por lo menos, algunas campañas electorales. Si se cancela el financiamiento público, habría una garantía de que lo que estaría dominando la política mexicana sería el dinero, ya sea que los propios candidatos fueran quienes tienen el dinero para hacer una campaña, o que recurrieran a quien los pueda financiar”, reviró el académico del ITESM.

Imagen: Twitter.

Responsabilidad partidista

En algo coinciden nuestros entrevistados: la responsabilidad de los propios partidos en la generación de la inconformidad ciudadana sobre el dinero público que reciben.

“Es totalmente válido que el financiamiento que reciben hoy los partidos es exageradamente alto; por supuesto que no puede sostenerse eso, en particular para gastos ordinarios, no para promoción del voto o para campañas; el financiamiento más alto que reciben es para gastos ordinarios y es permanente, este es el que hay que revisar para disminuirlo a cantidades aceptables que permitan a los partidos ser instituciones fuertes y sólidas, pero a la vez que no permitan la existencia de una burocracia partidista exagerada y a un desapego de la sociedad al no tener un vínculo con ella, como era cuando tenían cuotas de sus militantes, y este ha sido uno de los efectos perversos de haberles dado tan alto financiamiento”, indicó Jesús Cantú.

 “Estoy totalmente de acuerdo. Hubo un tiempo en el que no compartía esa opinión, porque creo que hay justificación sobrada para el financiamiento público, lo que no lo hace justificable es el uso irresponsable que han hecho todos los partidos, sin excepción, y por eso propuse una iniciativa en esta legislatura para eliminarlo”, dijo Manuel Espino.

Al respecto, también ambos coincidieron en que es necesaria una reforma electoral, aunque discreparon en cuanto a los tiempos para llevarla a cabo.

 “Espero, y creo que es imperativo, que haya una nueva reforma electoral, pero debe ser luego del proceso electoral, con la nueva legislatura, para revisar aspectos como el modelo electoral en sí mismo, lo que es la duplicidad de órganos electorales a escala nacional y estatal, habría que emprender una reforma en la que se establezcan fórmulas para determinar financiamiento suficiente para que los partidos puedan ser fuertes, pero no exagerado”, agregó Cantú.

 “Esto puede hacerse ya; hace dos años diversos partidos en campaña dijeron no al financiamiento público, por lo que se puede discutir ahora mismo, pero es muy fácil decir no al financiamiento público, pero luego decir en campaña cómo vamos a perdernos estos beneficios y ya no quieren hacerlo, se hacen los locos y le dan largas. Esto no se les ocurrió a los partidos, se le ocurrió a la ciudadanía por la emergencia de los sismos, y los partidos reaccionaron porque vienen las elecciones y quieren quedar bien. Esto del financiamiento público ha sido una bandera muy manipulada por los partidos políticos; y sí, hoy lo voceros dicen que están dispuestos a renunciar a este, adelante”, completó Espino.

Imagen: Twitter.

Castigo en las urnas

Asimismo, nuestros entrevistados señalaron que se pueden esperar repercusiones por lo sucedido por los sismos de septiembre en las urnas en julio del año entrante.

“Va a haber un voto de castigo muy fuerte al PRI, con cualquiera que sea candidato, estoy absolutamente convencido de que el PRI va a perder la Presidencia de la República, porque se le dio la confianza y no aprovecharon la oportunidad y regresaron a peores niveles de corrupción, ineficacia e impunidad, no tengo duda de que va a perder”, adelantó el legislador federal.

“Hay una indignación con los partidos, es una realidad; que va a suceder de aquí a la jornada electoral, no me atrevería a vaticinarlo, todavía falta la definición de candidatos, hay algunos que ya van a estar, hay precandidatos que están congelados por la situación que se vive, por las tareas urgentes que tienen que hacer o por las responsabilidades, por lo que hay que ver como tomará la ciudadanía que algún secretario de Estado renuncie, en medio de la emergencia, para ser candidato”, señaló el investigador universitario.

Ambos resumieron el escenario actual en un par de frases:

Para Manuel Espino, lo importante es preguntarnos “de qué viven 60 millones de pobres en el país, en lugar de preguntarnos de qué vivirían los partidos; nos debemos preguntar de qué viven esas familias. A mí me importa un comino de qué viven los partidos, que le hagan como puedan, han sido irresponsables, han hundido el país, han degradado la política, han llevado al gobierno a auténticos pillos, han llevado gobernantes ineptos, no han tenido la responsabilidad de cumplir con su obligación constitucional de llevar a los mejores ciudadanos posibles a la tarea pública”.

En tanto, Jesús Cantú opinó que “el sismo vino a mover el escenario político, porque antes no se podría pensar en que un independiente tuviera oportunidades, el sismo movió todo esto y dejó incierto el panorama, puede haber sorpresas. Hay una gran insatisfacción ciudadana con la actuación de los gobernantes, en todas las instancias de gobierno, de todos los partidos”.

@AReyesVigueras

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