Ana es una curiosa niña que escapa de una clínica psiquiátrica en busca de su padre para salvar a su madre. Con la ayuda de extraños y divertidos seres fantásticos, que conoce en ese lugar, emprende un viaje lleno de emocionantes y conmovedoras aventuras. Esta es parte de la historia de la película animada Ana y Bruno, del director Carlos Carrera, quien reflexionó sobre las condiciones que vive el cine actualmente, durante la clausura de lo que fue la decimoquinta edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).

“Este país tan rico tiene todavía problemas fundamentales que lo hacen estar lejos de la civilización; un país con leyes que son letra muerta, donde la justicia no existe, está en un problema tremendo”, dijo el creador de películas como El traspatio (2008), Sin remitente (1995), así como del cortometraje El Héroe (1994) y el filme tan censurado El Crimen del Padre Amaro (2002).

Aseguró en entrevista para el diario El Financiero, que el país se sitúa en un momento complicado, siempre con una oportunidad de cambio pero sin ninguna dirección, por lo que puede “caer nuevamente en un estancamiento”.

El multipremiado por su ópera prima La mujer de Benjamín (1991), aseveró que su trabajo siempre está basado en una narración satírica y congruente tocando temas reales como son los homicidios de las mujeres de Juárez, o como la trama que refleja en su cinta La habitación, en donde su eje principal, son las diferentes historias que permiten entender el México de este momento: un país lleno de violencia.

Por otro lado, durante la presentación de Ana y Bruno, declaró el también creador del cortometraje Sombras de la Malinche, que este último proyecto brinda la libertad para abordar las historias desde el lenguaje directo de la imaginación, se pueden representar desde aproximaciones a emociones humanas y gestos realistas, hasta el desafío a las leyes naturales dentro de la misma lógica de la narración.

“Ana y Bruno cuenta la historia de lazos familiares rotos y después recuperados a través de un relato fantástico y de aventuras con rasgos de humor. El mundo real y el mundo imaginario se entrelazan afectándose mutuamente”.

Carlos Carrera (Ciudad de México, 1962), es uno de los más celebrados directores mexicanos. Ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes con el cortometraje animado El héroe (1994); ha dirigido nueve cortometrajes animados y siete películas de largometraje de acción viva, una de ellas, El Crimen del Padre Amaro, fue nominada al Oscar a Mejor película de habla no inglesa en 2002 y la más taquillera en la historia del cine mexicano por más de 10 años.

“Hoy en día puedo decir que logré lo que deseaba hacer en cine con esta historia, que es más venenosa y tierna, pero tampoco se parece a otros trabajos que había hecho en el rubro de animación, pues El héroe es un cortometraje con una historia oscura”, explicó Carrera.