La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad (Envipe) indica que se mantiene al alza el asaltado en las calles o en el transporte público, el robo total o parcial de vehículos y el robo a casa habitación, delitos que más se cometieron en el país durante el año pasado.

De todos estos delitos,  el robo, en los cuatro rubros en los que fue medido, es el que prevaleció a nivel nacional.

En 2016 se cometieron 31.1 millones de delitos. Al medir la incidencia delictiva por cada 100 mil habitantes, el robo sumó 48% de delitos en algunas de sus modalidades.

La encuesta señala que el espacio en donde la población se siente más insegura son los cajeros automáticos en la vía pública, el banco, transporte público, la calle, la carretera, el mercado, el parque o centro recreativo, el centro comercial, el automóvil, la escuela, trabajo y en su casa.

Asimismo apunta que la extorsión es el segundo delito que más aqueja a los ciudadanos. En 2016 se reportaron 7.5 millones de casos en su mayoría perpetrados vía telefónica, lo que representa un aumento de apenas 1.6%.

El Estado de México, Baja California, Ciudad de México, Guerrero, Jalisco, Aguascalientes, Guanajuato, Quintana Roo y Tabasco son las entidades que encabezan la tasa de delitos por cada 100 mil habitantes. El costo del delito por persona con alguna afectación ascendió a 5 mil 647 pesos.

El experto en  seguridad Alejandro Hope, advirtió que siguen altos los niveles de victimización. “Estamos hablando de que uno de cada tres hogares mexicanos tienen un integrante que ha sido victimizado en el último año. Un fenómeno nacional aunque con divergencias”.

Según la Envipe el costo del delito para el país es de 229 mil millones de pesos al año, equivalente a 1.1% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que para el especialista es una cantidad exorbitante, seis veces superior a los 37 mil millones de pesos que se invertirán en las zonas afectadas por los sismos de septiembre.

“Los 229 mil millones es el costo de las familias mexicanas y no incluye el costo de las empresas, sólo estamos hablando de los costos directos”, explicó Hope.

Señaló que el mayor impacto sigue siendo el nivel de impunidad, porque nueve de cada 10 delitos no se denuncian, y en los pocos casos que se hace, las autoridades no abren una carpeta de investigación.

“Necesitamos mucho menos delitos y más denuncia. Reducir delitos es complicado y aumentar denuncias son procesos administrativos”, aseguró.

Mientras que para el investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), Alberto Nava Garcés, las nuevas tecnologías  están facilitando que los delincuentes se inclinen por este delito, porque les resulta más cómodo y tienen menor riesgo de ser detenidos en  flagrancia.

El académico coincidió en que la incidencia delictiva sigue siendo alta y la Envipe refleja la poca cultura de la denuncia por la desconfianza en las autoridades.

Nava Garcés apuntó que las autoridades deben reforzar y diseñar políticas públicas para combatir este tipo de delitos, que afectan el patrimonio de las familias mexicanas.  

(Con información de El Universal)