Es cada vez más general el interés por analizar y discutir la visión del futuro global con un horizonte de largo plazo. El dinámico proceso de innovación científica y tecnológica, el acelerado crecimiento de la población mundial con el envejecimiento de la misma y la cada vez más agresiva destrucción de la naturaleza plantean, entre otros factores, retos inéditos para la humanidad.

El Club de Roma fue pionero en el esfuerzo de estudiar la problemática global con una visión multisectorial, interdisciplinaria, sobre bases científicas y con un horizonte de largo plazo. Antes de sus trabajos, lo que existían eran análisis y estudios desde perspectivas particulares elaboradas por biólogos, demógrafos, físicos y químicos, especialistas en salud pública y economistas, entre otros. La contribución del Club de Roma fue plantear una visión holística y global en la cual todos los temas están interconectados y son interdependientes.

El Informe del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) al Club de Roma, Los límites del crecimiento, marca un antes y un después en el análisis de la problemática global de la humanidad.

En los últimos años se han multiplicado los grupos de estudio sobre el futuro con énfasis en distintos enfoques tanto públicos como privados, con visiones de negocios o políticas. En todo caso, es importante analizar las aportaciones que se efectúan para diseñar y construir un mejor futuro para todos.

En este sentido, quiero referir algunos aspectos del Reporte 19 del Proyecto Millenium sobre el Estado del Futuro, el cual presenta una visión general de la situación actual y de prospectiva del futuro del mundo. Este reporte fue publicado el 24 de octubre de 2017, 72 aniversario de la fundación de la Organización de las Naciones Unidas. Cabe señalar que el Primer Reporte del Proyecto Millenium es de 1997.

En este reporte, Jerome Glenn, presidente ejecutivo del Proyecto Millenium, sostiene que “Estamos ganando más de lo que estamos perdiendo, pero en las áreas en las que estamos perdiendo la situación es muy seria. Tenemos los recursos para afrontar esos retos pero todavía no el proceso de toma de decisiones que nos permita hacerlo”. Cabe señalar que como todos los estudios globales, se plantea el problema de que todas las tendencias que se describen no son aplicables de igual forma para todas las regiones del mundo.

En el reporte se refiere un progreso mundial en los pasados veinte años y la perspectiva de un continuo progreso en los próximos 10 años en materia de educación, reducción de la pobreza, mortalidad infantil, acceso al agua, salud, longevidad, internet y participación de la mujer en los parlamentos.

Pero, por otra parte, hay estancamiento y aun regresión en materia de libertad de prensa, conflictos internos, crimen organizado, desempleo, corrupción y calentamiento global.

Algunos aspectos relevantes que plantea este reporte señalan que muchos de los niños que nacen actualmente verán el año 2100. Asimismo, destaca que en 2050 alrededor de tres mil millones de personas participarán en la economía de la autoactualización, buscando mercados alrededor del mundo, más que empleos locales.

Otro señalamiento refiere que la Renta Básica Universal (RBU) para enfrentar el desempleo masivo puede no ser financieramente sustentable en muchos países del mundo antes del año 2030.

También sostiene que en el futuro será posible que un individuo que actúe en forma aislada pueda construir y detonar o desplegar un arma de destrucción masiva. Será necesario un nuevo contrato social entre gobiernos y ciudadanos para prevenir peligros como el señalado, pero sobre todo incluyendo nuevas responsabilidades individuales, familiares y sociales.

También destaca la importancia de la cooperación internacional al señalar que hacer lo correcto para enfrentar retos globales como el cambio climático o el crimen organizado en un país no significa mucho si los demás países no hacen lo mismo.

En suma, se trata de una valiosa contribución al estudio y análisis del futuro. La promoción del pensamiento sobre el futuro facilita la toma de decisiones adecuadas en el presente.

Cabe señalar que muchos de los ejercicios de prospectiva global al 2030 o al 2050 son coincidentes en los temas. Sin embargo, difieren en el peso que le dan a los distintos factores que determinarán el futuro. En ese sentido, desde mi perspectiva, algunos elementos fundamentales para entender el futuro radican en la muy grave destrucción de la naturaleza que se está dando en el mundo, en algunos ámbitos más allá de su capacidad de recuperación. Esto, aunado al todavía muy acelerado crecimiento de la población y a la emergencia de una nueva clase media, plantea una también creciente presión y competencia sobre recursos naturales finitos. Sin embargo, también me adhiero a las visiones optimistas. La ciencia nos permite conocer lo que estamos haciendo mal, nos demuestra todo lo que hemos destruido. Pero también la innovación científica y tecnológica y una nueva ética global nos dan los elementos para salvar el planeta, nuestro hogar común y construir un mejor futuro para todos.