Chimamanda Ngozi Adichie es una autora que recientemente escribió un ensayo titulado Todos deberíamos ser feministas, y que tiene ya en su haber tres novelas en que explora su patria, Nigeria, como parte del mundo desde un punto de vista de introspección y trata puntos sensibles del feminismo.

Sin lugar a dudas, la literatura nigeriana se posicionó como un referente interesante de las letras, tanto para lectores como intelectuales, una vez que Wole Soyinka recibió el Premio Nobel de Literatura en 1986. La visión literaria vista desde una cultura como la africana resulta siempre de gran riqueza en diferentes ámbitos y Chimamanda Ngozi Adichie logra exponerla a través del feminismo.

Nacida en 1977 en Nigeria, pudo acceder a sus estudios universitarios en Filadelfia, un lugar donde, recuerda, por primera vez sintió las implicaciones de su color de piel: “En Nigeria la gente tiene confianza en sí misma, cree que las cosas saldrán, y que saldrán bien, pase lo que pase, pero al llegar a Estados Unidos me di cuenta de que, si eres negro, el éxito no forma parte de tu futuro”.

A pesar de tan desagradable antecedente, Chimamanda se ha convertido en una de las principales figuras del feminismo internacional, que además ha recibido la difusión por parte de personalidades como Beyoncé y marcas como Christian Dior. El impulso mediático que ello ha generado no es un factor negativo para la autora de La flor purpura quien de manera emocionada exclama: 

“Que haya ocurrido me parece emocionante y fantástico. El feminismo no debe ser algo académico, sino ir mucho más allá. Hay lugares del mundo en los que ni siquiera usan esa palabra, pero las mujeres luchan cada día contra el patriarcado, y lo hacen con todas sus fuerzas. Que el feminismo esté en boca de todos no hace que pierda fuerza, al contrario”.

De sus palabras no escapa el hecho de provenir de un país y un  continente tan  tan minimizado en donde se cree que se puede  estandarizar y encuadrar a las mujeres africanas por parte del hemisferio occidental: “El sexismo y el racismo es algo que existe en todo el mundo, lo que pasa es que las mujeres de los países occidentales creen que están mucho mejor que las demás, cuando es un lugar en el que se juzga de forma muy distinta a un hombre y a una mujer… E ir a un lugar a dar lecciones de desigualdad proviniendo de un lugar en el que está desigualdad existe, no deja de ser peculiar”.

Acerca de su creación literaria, Adichie se considera una autora que “no tiene porque desmontar clichés”. Ella se llama a si misma una artista  que  “sólo es responsable de su punto de vista”.  Respecto a su labor como activista , asevera que no se considera como tal, debido a que un activista “es aquel que estaría incluso dispuesto a dar su vida por la causa, y yo no quiero morir por ninguna causa”.

En sus novelas en que se tratan temas como el racismo, las figuras masculinas autoritarias y una especie de escenarios comparados entre las culturas en que vivió, se puede sintetizar gran parte de la vanguardia del feminismo universal. Asimismo, pugna por que la literatura deje de estar encerrada en cánones y estereotipos, algo que los lectores pueden lograr con voltear sus ojos a otras letras.

“Parece que todo aquello que está escrito fuera del canon occidental, aquello que no ha sido escrito en Estados Unidos o en Europa, es antropología de un lugar en concreto. Y no es cierto. La literatura universal existe, pero cuesta de creer si pensamos que ésta va de Homero a McEwan sin pasar por otros sitios. Lo que tendremos, si eso es lo que pensamos, es una visión reduccionista del asunto”.