El domingo pasado concluyó la primera parte de un capítulo que si bien puede ser considerado un parteaguas en la vida democrática de México, éste mismo también podría ser tomado como una de las peores bromas que nos ha gastado el Instituto Nacional Electoral (INE) desde su irrupción, allá por 1990 bajo el nombre de Instituto Federal Electoral (IFE). Me refiero al registro de precandidatos independientes a la Presidencia de la República, ejercicio que arrojó como saldo final un total de 74 personas (67 hombres y 7 mujeres) inscritos a este proceso y que consideran que poseen los méritos y capacidades suficientes para gobernar a casi 120 millones de ciudadanos, quienes día a día miran con incredulidad y decepción como el supuesto árbitro electoral de todos los mexicanos es capaz de alentar y permitir cualquier tipo de disparates en nombre de lo que ellos consideran “la democracia”.

Ahora bien, la segunda parte de este demencial experimento ya ha sido puesto en marcha: Desde el primer minuto del lunes 16, todos y cada uno de estos aspirantes/suspirantes deberá reunir al menos 866 mil 593 firmas, lo que equivale al 1% de la Lista Nominal de Electores del INE, que deberán ser recolectadas en al menos 17 entidades federativas y, posterior a esto, tendrán que cumplir con el resto de los requisitos impuestos por el dueño… ¡perdón!, el consejero presidente del INE, don Lorenzo Córdova Vianello y sus amigos… ¡perdón nuevamente!, el resto de los consejeros electorales.

Y a juzgar por la lista de personajes que tuvieron oportunidad de registrarse en la sede nacional del INE hasta las 23:49 horas del domingo 15 de octubre, la verdad es que, con mucha desilusión, vemos que la gran mayoría de estos candidatos independientes no son “ciudadanos comunes y corrientes”, sino políticos procedentes de casi todos los partidos registrados ante el INE y que, según ellos, están hartos de vivir del sistema de partidos del que tanto se han beneficiado, como pueden ser los casos de la señora Margarita Zavala, hasta hace poco parte del Partido Acción Nacional (PAN), esposa del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa y que curiosamente en todos los años que lleva involucrada en la política jamás ha ganado un puesto de elección popular, y el del popularmente conocido como “Jaguar”, Armando Ríos Piter, senador guerrerense del Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien ahora se presenta como candidato independiente a la Presidencia de la República, pero que a la hora de ser invitado a regresar todas la prerrogativas y recursos que recibió por pertenecer al partido del sol azteca prefirió hacerse como el tío Lolo.

Sin embargo, Margarita y “El Jaguar” no son los únicos casos sui géneris dentro de este caleidoscópico muestrario independiente. Ahí tenemos también al señor Jaime Rodríguez Calderón, mejor conocido como “El Bronco” y que supuestamente trabaja como gobernador de Nuevo León y cuyo plan principal es recorrer todo México a caballo (?) para recoger las inconformidades de todos los mexicanos. ¿En verdad este señor cree que nadie recuerda que durante más de tres décadas fue un priista recalcitrante? Además, ¿cómo se atreve a querer gobernar un país si ni siquiera es capaz de frenar los motines y las muertes en las cárceles de su estado? ¡Faltaba menos!

Y así nos podríamos ir de aquí hasta julio de 2018 desmenuzando a todos y cada uno de los candidatos independientes. Hay de chile, de mole y de manteca. Hay activistas, hay empresarios, hay deportistas, hay académicos, hay críticos del sistema, hay filántropos, hay periodistas, hay notarios y ¡hasta hay influencers!, sí, de esos ninis que han encontrado una manera de vivir y de meterse miles de pesos en la cartera subiendo videos en YouTube en los que dicen y hacen estupidez y media.

¡Pobre México!

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