El domingo 1 de octubre (1-O), se anticipaba una jornada caótica en el “referéndum” que convocó el Govern de la Generalitat de Cataluña, pese a que el Tribunal Constitucional de España lo declaró ilegal desde días antes. El día comenzó mal: de último momento, se ordenó desde Madrid que las fuerzas policiacas españolas, la Guardia Civil y la Policía Nacional cerraran algunos centros de votación e inmediatamente enfrentaran a los electores que acudían a depositar su papeleta. Los Mossos d´Esquadra (la policía autonómica) actuaban ya como “policía política”. Quizás Mariano Rajoy, muy centrado en su papel de gallego, no sopesó las graves consecuencias de su decisión, que pueden costarle muy caro. Antes que cerraran, por la tarde, los centros de votación, el balance ya era de escándalo: “465 heridos”, hospitalizados solo dos graves según los servicios de emergencia. Una docena de policías también fueron heridos. Los enfrentamientos, las balas de goma y los golpes de la policía a mujeres y hombres que buscaban votar, fueron la comidilla de los medios internacionales.

En aras de detener el referéndum ilegal,  el enfrentamiento policiaco con los civiles degradó la imagen internacional del Estado ibérico. Con el ánimo de impedir la realización de esta consulta plagada de irregularidades (infinidad de votantes lo hicieron repetidas ocasiones sin mayor problema, urnas llenas de papeletas, imposibilidad para comprobar las identificaciones), el Estado perdió la oportunidad de acabar con el movimiento independentista y quizás logró que muchos indecisos pasen al bando contrario, colocando a España en un terreno movedizo desconocido, sin la seguridad de que los dos bandos puedan llegar a un acuerdo, pues lo único que es seguro en estos momentos es que Cataluña y España están más divididas que nunca. Por falta de negociación, de hacer política en serio, el país entero perdió. Los principales responsables son Carles Puigdemont y Mariano Rajoy Brey. Para muchos la “leyenda negra” de España, está más presente que nunca.

En el 1-0 todos perdieron en la península. El Gobierno español por un lado, y el de la Generalitat por el otro. Aunque ambos cantaron victoria, lo cierto es que los dos fueron derrotados por sus propios errores…Lejos de considerar que el referéndum serviría para que los catalanes expresaran su deseo o no de seguir unidos con España, los enfrentamientos de los votantes y las fuerzas de Seguridad del Estado fueron el foco de atención de los medios. Las fotografías y los vídeos de los momentos de mayor tensión de las intervenciones de la Policía Nacional y la Guardia Civil poco a poco ocuparon las portadas de los principales periódicos y webs del mundo. La BBC, por ejemplo, a media mañana del día de la votación mostraba a dos mujeres llorando mientras eran sujetadas por dos agentes. La escena se ilustraba con el siguiente titular: “La votación comienza con represión policiaca”. O como The New York Times, que cabeceaba su nota: “Los catalanes desafían a España y votan por la independencia, enfrentándose con la Policía”. Y, en su web destacaba: “decenas de miles de personas han votado este domingo en la consulta prohibida, chocando con los agentes enviados desde fuera de la región para cerrar las urnas y confiscar las papeletas”.

Del periodismo mundial, el de Estados Unidos de América ha sido uno de los que más ampliamente cubrió el referéndum del 1-0. Aparte de los ya citados, la agencia Bloomberg informaba desde las 10 horas que “La policía española invade los centros de votación para bloquear el referéndum catalán”. En el mismo sentido lo hicieron The Wall Street Journal: “Los catalanes chocan con la policía española para votar en el referéndum de independencia”. Igual The Washington Post: “Al menos 300 personas, entre ellas 12 agentes, sufren heridas en los enfrentamientos producidos durante el referéndum”, con la fotografía de la detención de un independentista. Y, en nota aparte, informaba: “La óptica no podría haber sido peor para el Gobierno central de España. La imágenes de la región independentista mostraban que hombres y mujeres corrientes eran arrastrados en las calles por los policías, equipados estos con  cascos y vestidos de negro”.

Otros periódicos europeos, como Le Monde, de París, y The Guardian, de Londres, centraron sus informaciones en la violencia desatada en Cataluña. Los envíos de sus corresponsales en la Ciudad Condal y otras ciudades catalanas, hablaban del disparo de pelotas de goma, porras, cargas policiacas, detenidos y heridos, que para el martes 3 de octubre sumaban 896 personas, según la versión de la Generalitat. El vespertino parisiense abría su web al mediodía con la fotografía de una ambulancia en medio de una nube de fotógrafos, con el siguiente pie: “Violencia injustificada”. The Financial Time, por su parte, publicó en su web una foto de un agente disparando pelotas de goma, una joven frente al escudo de otro, guardias tirando de la blusa de una mujer y otros cargando contra los votantes. Otro titular dice: “La policía arrastra a los votantes en medio del caos del referéndum catalán”.

La prensa alemana fue menos sensacionalista, como Suddeutsche Zeitung que destacó la importancia de la unidad de España y su editorial señala que los separatistas están “buscando una foto para el mundo”. La revista Der Spiegel se centró en que “Los políticos europeos critican la violencia policial en Cataluña” y agrega: “Cientos de manifestantes han sido heridos: la policía está atacando a los votantes en el referéndum prohibido, a instancias de un gobierno español fuertemente criticado”.

Sin duda, el problema que enfrenta España por el movimiento secesionista encabezado por el gobierno de Cataluña tiene muchas facetas. Muchas mentiras circulan desde hace tiempo en la sociedad catalana. Mentiras que han servido para exacerbar los ánimos de buena parte de los catalanes. El hecho es que, hoy por hoy, el corpus social de Cataluña está más dividido que nunca. Y la incapacidad del gobierno español para encauzar el enfrentamiento agrava el problema. Actuar como el avestruz metiendo la cabeza en la tierra, no ayuda en nada a que por “milagro” los problemas se resuelvan. Pero no solo Mariano Rajoy es “culpable” por su afasia política, otros como José Luis Rodríguez Zapatero, cuando fue presidente del gobierno, también tomó torpes decisiones al respecto. Sin obviar la actuación de Carles Puigdemont y la presidenta del Parlament que dirigen desde hace tiempo un proceso destinado a enfrentar a los catalanes entre sí y a Cataluña con el resto de España.

SI los Mossos d´Esquadra, además, hubieran cumplido con sus órdenes de impedir, de antemano, con la apertura de colegio electorales y retirado urnas y papeletas, este trabajo no habría tenido que ser ejecutado por la Policía Nacional y la Guardia Civil, es claro que se habría evitado los lamentables e inaceptables enfrentamientos que los medios dieron a conocer en todo el mundo. Quizás ese era el objetivo de Puigdemont y compañeros: colocar a los Mossos en su mismo terreno de rebeldía. Ya adelantó que en breve declararía la Independencia de Cataluña. Y ahí entran otros personajes.

La Unión Europea y la Organización de Naciones Unidas, presionaron el lunes 2 de octubre al gobierno de Mariano Rajoy para que dialogue con los independentistas catalanes antes de que el conflicto no pueda negociarse.

En un comunicado, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos pidió al gobierno de Mariano Rajoy Brey investigaciones “completas, independientes e imparciales” sobre “todos los actos de violencia” que ocurrieron el domingo 1 de octubre en Cataluña. Rajoy ha declarado que se limitó a cumplir “con su obligación”, y los independentistas denunciaron una “represión injustificada”. La UE solicitó a Madrid y Barcelona “pasar rápidamente de la confrontación al diálogo”, mientras el Presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, urgió a Rajoy a evitar un nuevo “uso de la fuerza”. El miércoles 4, la Eurocámara debatiría la cuestión.

Mientras tanto, en Cataluña hay una huelga “general” por diez días. Varias carreteras cerradas. Rajoy pospone su presencia en la Cámara de los Diputados. Crisis política en España. Los problemas económicos empiezan a aflorar. Cataluña dividida. Ojalá que se imponga la negociación para bien de todos. España y sus 7 autonomías deben tener un proyecto de futuro en democracia y pacífica convivencia. VALE.