Guillermo Fadanelli se describe así mismo como un “pesimista falso”. Es una condición nada alentadora, pero que le ha servido para crear un estilo único en sus obras literarias en las cuales puede refugiarse de su autoimpuesta desventura… “pero me gusta escribir y cuando escribo me siento en casa . Es una casa alternativa, que ya es algo”.

Este particular concepto se expresa de lleno en la última de sus publicaciones, Meditaciones desde el subsuelo (Almadía, 2017) que es traída a los lectores de la mano de Almadía, la ya icónica editorial oaxaqueña. En él podremos encontrar un texto revolucionario en que se busca reivindicar la figura del individuo, humanizarlo y volverlo personaje contra lo que podría considerarse una sociedad miserable.

Congruente con sus ideas, Fadanelli se considera “un niño viejo” al que le gusta defender lo pequeño “porque es hermoso” y darle cabida a los autores jóvenes aunque con “espíritu viejo”  que puedan “mirar con nuevos ojos las viejas situaciones o lacras que nos pesas o atropellan”.

 

Respecto a su filosofía de vida, el autor nacido en la Ciudad de México tiene una motivación sumamente curiosa, al afirmar que “no se ha suicidado porque hay algunos autores que todavía le gustaría leer”. Es decir, la curiosidad es su estimulación  para conocer y vivir. De ahí, también la justificación de ser un niño viejo: “La curiosidad es un impulso en el conocimiento, un impulso humano y mientras haya curiosidad hay un niño allí, puede ser un niño de 90 años, un niño de 100 o de 10 mil años. Pero la niñez es un enfrentamiento al mundo, un habitar el mundo desde la curiosidad aun cuando la vida te haga pesimista”.

La desesperanza generalizada para con el progreso de la sociedad que siempre acompaña a Guillermo Fadanelli viaja lado a lado con su percepción literaria: “Yo camino mucho y no concibo la literatura si no es también como un paseo, un observar, un mirar al otro, un poblar las calles con sus propios pasos, advierto una sociedad llena de zozobra, desconfianza, escéptica  ante cualquier clase de futuro que le muestre un partido político o una tendencia política. Es una tristeza y sin embargo, como diría Borges, merecemos ser dichosos aunque sea por un momento. No puede haber un pesimismo perpetuo y la felicidad siempre será a cuentagotas, se es feliz por momentos, no se puede ser feliz siempre”.

En su ensayo, Fadanelli rescata estos y otros temas como la libertad, la justicia y la igualdad de una manera que merece ser leída y reflexionada por todos los que sientan, aunque no se falso, el mismo pesimismo de su autor.