Las visiones son encontradas. Para algunos, las candidaturas independientes representan un contraveneno para la partidocracia nacional; para otros, la pulverización del sufragio, el fomento del abstencionismo y permitir que los partidos ganen en 2018 con su voto duro. Mientras, los independientes le apuestan a capitalizar el desencanto nacional.

El camino para lograrlo deberá ser recorrido en corto tiempo: 120 días.

De las 86 intenciones de candidaturas independientes a la presidencia de la república que recibió el Instituto Nacional Electoral, 40 recibieron el visto bueno, que deberán recolectar cerca de 867 mil firmas ciudadanas en 17 entidades del país.

No resultará fácil, de 750 candidatos registrados entre el periodo de 2013 y 2017, solo 30 lo lograron. Ahí están los casos en 2015 de Jaime Rodríguez como gobernador de Nuevo León, Manuel Clouthier diputado federal en Sinaloa y Pedro Kumamoto como diputado local en Jalisco. Esta será la primera ocasión en que podrán contender por la presidencia de la república y el Senado.

Consulta Mitofsky realizó un sondeo —publicada el pasado 16 de octubre— donde se destaca que cuestionados ante la disyuntiva de votar por un político o un candidato independiente, el 53% de los entrevistados prefiere un político y un 31% por un ciudadano sin partido.

Hasta hoy, Margarita Zavala es el mejor posicionado. Según el Gabinete de Comunicación Estratégica, Zavala tiene un 37%, Jaime Rodríguez y Pedro Ferriz de Con, 8%, mientras que María de Jesús Patricio Martínez— la candidata zapatista— y Armando Ríos Piter, un 4%.

Para el senador guerrerense, ante la crisis de legitimidad de los partidos, los candidatos independientes tienen la obligación de presentar propuestas innovadoras, hacer una política diferente y sobre todo sacudir la apatía de la sociedad.

Una etapa en mi vida

Entrevistado por Siempre!, expresó su apuesta por el uso de la tecnología para cubrir los requerimientos que le permitan presentar su propuesta a la ciudadanía ya que “el uso de las redes sociales permiten tener una enorme velocidad, penetración a sectores y a regiones que antes se hubiera antojado complejo en cuatro meses”.

“Tenemos una base de personas, hombres y mujeres con las que tenemos contacto no recientemente sino de hace bastante tiempo; busqué hacer comunicación social en mi trabajo legislativo, se basó a lo largo de los dos años pasados en redes sociales del norte del país e interactuaron con nosotros y construir visiones no solo desde la parte del sur–centro del país”.

Hoy se cuestiona la legitimidad de los candidatos expartidistas y que hoy son independientes. ¿Le ha estorbado la militancia que tuvo en el PRD?

Es una etapa en mi vida que me dio experiencia, me permite estar preparado para enfrentar los retos que hoy representa ese sistema partidista que genera gran parte de los problemas del país y poder ofrecer alternativas bajo una ruta que lo que hace es liberarte del yugo del monopolio de los partidos.

Se le cuestiona una cercanía con Luis Videgaray…

Estudié economía en el ITAM, derecho en la UNAM, tengo una maestría en seguridad nacional en Georgetown y estudié administración pública en Harvard. A Luis Videgaray lo conozco desde hace mucho tiempo, le tengo aprecio, pero él ha estado en una trinchera política 180 grados distinta a la mía. Quienes quieran ver ahí cercanías de otro tipo o dicen mentiras o lo que hacen es caer en informaciones incorrectas.

 

Buena noticia, los registros ciudadanos

¿Se reúnen de vez en cuando para platicar?

No, fui diputado federal del PRD, cuando él era diputado federal del PRI, ahí están todas las participaciones y los votos totalmente diferenciados en los debates. Desde el PRD y ahora como senador independiente he tenido posiciones claramente en contra de  este gobierno, no solo en las posiciones de Videgaray, sino de su jefe, el presidente Peña Nieto.

¿Qué análisis hace del hecho que se hayan registrado tantos candidatos independientes?

Están en su legítimo derecho de hacerlo, la ley lo permite. Es una buena noticia que los ciudadanos puedan participar sin depender del monopolio de las cúpulas de los partidos, y conforme pasen las semanas tendremos más información de quién es quién, qué propone cada quien. Es una oportunidad para que los independientes se diferencien de los partidos y propongan alternativas distintas a las tradicionales. Espero que haya puentes de diálogo con los aspirantes.

Algunos detractores califican tantas solicitudes de registro como un abaratamiento del proceso democrático.

Son detractores, esa es la palabra, y lo dicen los propios partidos. Es obvio, se les acabó el negocio de ser los únicos que tenían el monopolio de la participación, están ardidos, por eso no pueden pensar algo distinto. Los partidos sienten una preocupación real, especialmente sus cúpulas.

Las encuestas no me quitan el sueño

La pulverización del voto, ¿favorece a los grandes partidos, PRI, Morena?

Los beneficiaria si los independientes no se convierten en una verdadera opción y eso está por verse. Hay independientes que están en la búsqueda de firmas y una vez que las consigamos, me cuento entre ellos, estar en la boleta.

Ya estará en cada uno de nosotros diferenciarnos de los partidos y ser una opción, hoy 94% de los partidos son rechazados, el campo es fértil.

Ya están las encuestas: Margarita Zavala, con un 33%, y usted un 4%, hay una distancia muy grande.

Las encuestas sobre quién es el más conocido es evidente. A mí no me preocupa el porcentaje en el que hoy estemos en las encuestas, primero hay que estar en la boleta electoral; podría haber alguien muy bien cotizado en popularidad que tal vez no consiga las firmas. Las encuestas no me quitan el sueño. En el caso de los independientes es una gran oportunidad de poder acordar una sola candidatura y ahí el concurso de popularidad terminaría siendo muy limitado. Cuando le preguntas a la gente qué es lo que quiere de un gobernante, te pide que sea que tenga experiencia, que esté preparado, que sea honesto, entonces los concursos de popularidad no necesariamente significan que la gente tenga experiencia.

¿En qué condiciones estaría dispuesto a declinar a favor de otro candidato?

Hay que ponernos de acuerdo en qué perfil de personaje puede representar algo que es superior a un individuo. La ola independiente que  hay en el país, en donde hay más de 130 personas para buscar ser diputados federales, decenas de senadores, otros tantos más que quieren ser presidentes, es un movimiento, una ola, entonces la primer fórmula para ponernos de acuerdo y saber en qué contexto se declina es que estemos de acuerdo que no se trata de personalidades sino es un movimiento que tiene que estar representado con honestidad, experiencia, frescura y preparación. Ponernos de acuerdo en ese sentido implica arrancar, entendiendo que no es un tema de personalidades o de personajes sino representar a un movimiento que va más allá de un individuo.

¿Y  su opinión sobre el Frente Ciudadano por México?

Me parece que tiene mucho camino por andar, solo veo en la propuesta una sumatoria de maquinarias electorales. Si el Frente se mantiene así, mantendré la crítica que he tenido hacia los partidos que son una serie de maquinarias que compran votos a clientelas electorales y siembran la corrupción dando contratos o teniendo contactos con la actividad criminal. Es lo que he criticado, por eso me salí del sistema de los partidos.