De acuerdo al Informe Las personas y la corrupción: América Latina y el Caribe,  uno de cada tres latinoamericanos pagó sobornos en los últimos 12 meses en servicios públicos básicos, siendo México la nación más corrupta.

Tras entrevistar a más de 22 mil personas en 20 países de la región, en el estudio presentado por la organización no gubernamental Transparencia Internacional (TI), se  destaca que la percepción generalizada es que estas prácticas están en aumento, que los gobiernos no los combaten con determinación, y que casi un tercio de quienes las denuncian sufren represalias.

México es el país donde más encuestados aseguró haber dado alguna “mordida” en el período de estudio –del 27 de mayo al 8 de junio de 2016- con 51% de los interrogados, seguido por República Dominicana, con 46%, Perú con 39%, Venezuela con  38% y Panamá 38%.

En el extremo contrario de la región se encuentran Trinidad y Tobago, Brasil, Argentina, Jamaica, Chile, Uruguay, Paraguay y Costa Rica. Mientras que Honduras, El Salvador, Nicaragua, Colombia, Guatemala, Educador y Bolivia están entre ambos grupos.

El documento detalla que en total, dos tercios de los encuestados consideran que la corrupción ha aumentado en los últimos 12 meses, aunque con diferencias considerables entre países: mientras en Venezuela 87% de la población entrevistada cree que ha crecido, en Argentina sólo 41% lo percibe así.

Indica que entre los sectores vistos como los más corruptos están: policía, representantes electos, gobierno local, presidente o primer ministro, jueces y ministros, empleados públicos, oficinas de impuestos, sector empresarial y líderes religiosos.

El informe Las personas y la corrupción: América Latina y el Caribe apunta que el 53%  de los encuestados sostiene que su gobierno está haciendo las cosas mal en la lucha contra la corrupción, mientras que 35% considera que sus representantes avanzan en la dirección correcta.

A través de un comunicado de prensa, el presidente de Transparencia Internacional, José Ugaz, criticó que latinoamericanos y caribeños estén “siendo defraudados” por “sus gobiernos, su clase política y los líderes del sector privado”.

Puso como ejemplo “el caso Lava Jato –originado en Brasil- que causó un tremendo impacto en la región, demuestra que la corrupción está ampliamente extendida. El soborno representa un modo de enriquecerse para unos pocos y un gran obstáculo para acceder a servicios públicos clave, en especial, para los sectores más vulnerables”.

Por su parte, Alejandro Salas, responsable de TI para las Américas, aseguró que ricos y pobres se ven afectados de forma similar por la corrupción, con lo que en términos relativos afecta mucho más a las personas con menores ingresos.

Transparencia Internacional considera que la “medida más importante” contra la pequeña corrupción es dar una información “completa sobre derechos y costos de los tramites”.

Además,  es clave mejorar la “protección al denunciante”, un ámbito en el  que “en América Latina estamos en pañales”, señaló, al tiempo que lamenta que en la región “está hasta mal visto denunciar. Y los valerosos que se atreven muchas veces sufren castigos. Las consecuencias generan miedo”, afirmó Salas.

 (Con información de El Universal)