El partido político que durante años representó en México el pensamiento conservador más respetable de nuestra geometría ideológica, el cual degradó sus principios democráticos cuando empezó a despedir un fuerte olor a sacristía —por supuesto, me refiero al PAN original de Gómez Morin—, vive actualmente un gravísimo proceso de descomposición que le ha ocasionado una pérdida de identidad que confunde a quienes, hasta hoy, han sido militantes o simpatizantes de sus postulados.

La lucha interna en el PAN por la candidatura presidencial 2018 exhibe en toda su crudeza esa descomposición política y su consecuente carencia de propuestas doctrinarias.

Veamos: hace unos días, Margarita Zavala renunció al PAN para buscar una candidatura independiente a la Presidencia de la República; la duda es si esta decisión ¿realmente le beneficiará a la ex primera dama?

No mucho, de acuerdo con la última encuesta nacional de Buendía & Laredo, que arrojó que 52 por ciento de los mexicanos cree que la señora Zavala tenía más posibilidades de ganar con su PAN que como independiente.

Margarita ha recibido duras descalificaciones, dentro y fuera de su ahora expartido, a su inopinada y oportunista decisión que sepultó las posibilidades del blanquiazul, incluso ahora muchos la tildan como una “herramienta” del PRI.

Otras voces en el interior de Acción Nacional consideran que ser esposa de un magnicida como Felipe Calderón la descalifica moralmente para seguir participando en la vida pública de México.

“Se tiene que divorciar para dar una muestra de que no es cómplice de la corrupción que imperó en los seis años del nefasto calderonismo”, señalan. El pasado de su esposo irá aplastando de manera inexorable sus intenciones de ser la primera mujer presidente de México.

Por otro lado, da la impresión de que Ricardo Anaya quedó herido de muerte con la renuncia de Margarita, sin embargo, en la política, o eres derrotado o renaces con nuevos bríos.

El queretano provocó uno de los mayores cismas en su partido debido a su imperiosa necesidad por convertiste en el candidato del difuso frente opositor, incluso sus aliados ya lo están lanzando como el personaje con mayores posibilidades.

Otro de los más promocionados aspirantes presidenciales del PAN es Rafael Moreno Valle, quien sufre hoy las consecuencias de encabezar un gobierno lleno de claroscuros.

En Puebla, la administración estatal está envuelta en sombras de corrupción y de manifestaciones de autoritarismo.

Y lo que parece ser el error político más grave de Moreno Valle fue la imposición de Tony Gali Fayad como titular de la llamada minigubernatura.

Mientras, en Guanajuato parece surgir un caballo negro en esta disputa. El actual  gobernador de esa entidad, Miguel Márquez, fue el panista que mejores resultados entregó a su partido en las pasadas elecciones. Ganó casi la totalidad de los distritos electorales, federales y locales.

Sin hacer gastos millonarios de publicidad como Moreno Valle o cometer errores de percepción y sensibilidad política, como la apuesta al olvido que hace Margarita Zavala, pensando que los mexicanos ya perdonamos a su negligente parentela y no recordamos los actos de corrupción cometidos por su esposo, Miguel Márquez se posiciona de manera natural como un competidor emergente a la candidatura presidencial panista muy fuerte y que cada vez es visto con más posibilidades.