El mundo no se acabó en el 2000 ni en 2006. Pero tal vez ahora sí. El 1 de julio de 2018 quienes viven en el purgatorio decidirán si un abismo terminará por devorar su patria o un rayito de “ejperanza”  iluminará lo que queda de México. 

Basado en la desgracia nacional, el libro México 2018. Guía para Sobrevivir al Apocalipsis (Aguilar, 2017) del ilustrador Fabián Giles, ofrece un perfil implacable de quienes luchan por el poder presidencial. Repasa el macabro regreso del PRI a Los Pinos, la docena trágica del PAN, con Vicente Fox y Calderón, y exhibe a los políticos gandallas.

En entrevista para Siempre! Fabián Giles explicó que su libro busca crear conciencia a través del humor y la sátira, para que la gente entienda que la política no sólo es de quienes están en la silla, sino del pueblo. Pidió involucrarnos más en la historia nacional, salir a las calles y realizar acciones más certeras para que el gobierno sepa que no se manda solo.

El ilustrador y artista Fabián Giles.

El ilustrador y artista Fabián Giles. Foto: Facebook

-¿En qué punto llega a entrelazarse el humor-sátira con la política mexicana?

Traemos un cultura de tradición desde la época de la Revolución con “El Hijo del Ahuizote”, los grabados de José Guadalupe Posada que hacia alusión a todos los malos manejos del gobierno. Esto se ha dado como una tradición centenaria. Mucho de ese trabajo se fue haciendo a lo largo de los años por lo muralistas o la gente que realizaba crítica en medios convencionales. El mayor legado lo dejó Rius, su obra fue la que a mí me influenció. Aunque no soy monero, siento que esa tradición de mezclar humor- gráfico- crítica hacia la política Rius la supo manejar de manera excepcional.

-Titulas un capítulo “No hay mal que dure 100 años… ni pueblo que lo aguante” y estamos a punto de cumplir con la cuota (faltan 10 años). ¿Dejaremos que llegue el plazo para iniciar el “cambio”?

Se ha ido postergando porque la gente no quiere vivir una situación similar a la de los movimientos de Independencia, de llegar a tomar las armas y hacer un movimiento armado. Es lo último a lo que queremos llegar. Soy de la idea de que debe de haber una revolución de ideas pacífica para que la gente empiece a cobrar conciencia. Con mi libro trato que a través del humor la gente se involucre, porque habíamos muchos que éramos apolíticos pero ya estamos metidos en la política. Tenemos que evitar que la corrupción siga viéndose como algo normal.

-¿Por qué la sociedad ha dejado que personajes como Cuauhtémoc Blanco, Carmen Salinas o Anahí escalen en la política?

La política y la farándula está muy unida. Desde la época en que Gustavo Díaz Ordaz era amante de Irma Serrano, luego José López Portillo con Sasha Montenegro, todas estas historias de actrices que han tenido que ver con la política. Por otro lado, los políticos han sabido ocupar figuras del futbol y la televisión para ocupar puestos de elección popular. Recientemente, leí que Eduardo Capetillo va a competir por una alcaldía en el Estado de México, al igual que su esposa. Se está regresando a la fórmula de juntar personajes de la farándula, cine y la televisión para que la gente no lo vea como un político sino como una estrella. Lo vemos en la historia de Estados Unidos: Ronald Reagan fue un mal actor que llegó a la Presidencia y está el caso de Arnold Schwarzenegger. En México ha funcionado mezclar la política con la farándula, la línea divisora se ha ido perdiendo.

-Los ciudadanos a veces caemos en los extremos. Hablas del activismo, fanatismo y de la pasividad, ¿cuál de estas características tiene el mexicano?  

Nos dejamos llevar por falsas ilusiones. Lo vemos desde que los Aztecas cambiaron oro por espejos a los Españoles. Tenemos esa tendencia a buscar cosas que no son, estamos dando lo mejor de nosotros por algo que no vale la pena. Siento que el mexicano en otros países se maneja de otras forma por la cultura o el ambiente en donde vive. Hay mexicanos que sobresalen en el extranjero porque no están permeados de esta cultura del “agandalle”. Siempre estamos viendo quién nos la pague. Los políticos siempre no están jodiendo con sus acciones y la misma población actúa de mala forma en la calle, en ver qué quitamos, el “valemadrismo”. 

-A lo largo del libro noté un cierto optimismo hacia AMLO. Mencionas que debido a la baja popularidad de la actual administración se crea una “tormenta perfecta” para el líder de Morena. ¿Tendríamos que darle en automático una oportunidad a “El Peje”?

El ejemplo más palpable es lo que hizo durante su gestión en la Ciudad de México, no nos dejó tan tirados al rastro, realizó obra pública que no se hizo en 20 años con el gobierno de Óscar Espinosa Villarreal, que después lo acusaron por peculado. AMLO hizo muchas cosas que después el gobierno federal. Su gestión en la CDMX no fue tan desastrosa como la Miguel Ángel Mancera, el cual llegó con el 80% de los votos y ahora es el mismo porcentaje que lo desaprueba. En dado caso de que “El Peje” llegara a la Presidencia le retirarían el apoyo y lo dejarían solo. No es tanto que se parezca a Hugo Chávez, leí que se parecía más a José Mujica. Lo están dejando llegar pero bajo qué esquema. Él tiene que ver si le va a cumplir a la gente o sólo a ciertos interés económicos. 

-Señalas que la película que vivimos todos los días no se repetirá si salimos a votar. ¿La transformación que nos hace falta consiste en cumplir el día de la elección o hay algo más que esté en nuestras manos para dar ese gran salto?

Dentro del sistema electoral que tenemos es la única opción. Si el voto nulo fuera una opción que pudiera revocar elecciones, que se viera que un porcentaje mayor de votos existe dentro de esa elección y se invalidara, creo que estaríamos a favor de un voto nulo. En el caso de México no hay esa figura porque se cuenta como si fueran votos a la basura. Voto nulo o no votar lo único que hace es que se beneficie al partido hegemónico en el poder. Yo sería de la idea de que votemos pasivamente por el menos peor porque es la opción menos mal de las que hay. Si vemos que Morena tiene propuestas démosle la opción de darle un cheque en blanco, tampoco decir que es la “Esperanza de México”. Sólo es la opción menos peor y le podemos exigir el doble.

-Ante los altos niveles de violencia que vivimos las mujeres, ¿México se encuentra preparado para llegue a Los Pinos una mujer? 

El problema de México es que venimos arrastrando una cultura matriarcal, con un machismo retrogrado con doble moral, estamos viviendo esa doble ambivalencia. No hay respeto hacia la figura de la mujer en México. Ellas mismas deben de luchar el doble para ocupar posiciones políticas. Faltan años para que eso suceda.

Estoy a favor de que llegue una mujer al poder pero que esté realmente capacitada. La política no sólo se debe de manejar del lado masculino y se pueden hacer cosas desde otra óptica. Lo que vimos con Estados Unidos es que la gente no quiso que una mujer fuera Presidente y optaron por la opción menos creíble. México sí tiene esa capacidad. En el caso concreto de Margarita Zavala yo no despreció que sea mujer o que sea la esposa de Felipe Calderón, siento que no tiene la preparación para llegar a un cargo de ese nivel. Esto debe de ser como una empresa que se escalan los puestos hasta llegar al último escalafón. En el caso de la Presidencia tienes que ser por lo menos diputada por elección popular, no plurinominal; senadora hasta llegar a una secretaria de Estado. Ninguno de esos puestos los ha ocupado Margarita Zavala, por más que ella diga que tiene la capacidad no lo ha demostrado.

-Nos dices que es “tiempo de darle chance a otra opción” que no sea el PRI o el PAN, ¿por quién apuestas para el 2018?

La opción menos peor es Andrés Manuel, pero detrás de él hay gente que está teniendo participación en Morena que desde mi punto de vista no debería de estar como Manuel Bartlett o Esteban Moctezuma que fueron secretarios de Gobernación. Hay cosas con las que no congenia la gente. He visto que hay muchos empresarios que le están dando el apoyo. Si Andrés Manuel llegara a la Presidencia yo sería de los primeros que estaría detrás de su gobierno, forjando una relación de pueblo-gobernantes en función de que ellos son los que nos sirven, no somos nosotros los que les servimos a ellos. Aunque mucha gente está en contra de él por su forma de ser a la vez ha demostrado que no es como los demás políticos.

-Y, ¿sobre las candidaturas independientes?

Es un ejemplo claro de que la gente sí quiere participar, pero de pronto vemos a independientes que se salieron del partido y ya son candidatos, eso se me hace absurdo. Lo vimos con “El Bronco” que se sale del partido y gana porque lo ven con cara de independiente y resulta que es lo mismo. Otro ejemplo es Pedro Feriz, un periodista alineado al PAN; no puede haber una candidatura independiente realmente. El caso de Mary Chuy y el pueblo de Zapatista son una minoría y no representan un porcentaje fuerte para contender, no hablemos de los presupuestos que no será lo mismo que reciba una candidato independiente a lo que reciba alguno del Frente Ciudadano. 

-Si seguimos los pasos de Guía para sobrevivir al apocalipsis, ¿podremos salvarnos?

La idea de este libro es mostrar lo que ha ocurrido en lo últimos 30 años respecto a los gobiernos del PRI y el PAN. Somos una sociedad con memoria de corto plazo. Por otro lado está la gente que no tiene acceso a la cultura y que les dicen que si no votan por el partido que tiene la bandera, vendrá otro país a gobernarnos. En pleno sigo XXI tenemos altos casos de ignorancia que existen en las rancherías más alejadas del país en donde sólo existe Bimbo, Sabritas y el correo. En las grandes ciudades el nivel de percepción de política es otra pero la gente que está en situaciones paupérrimas que viven con

su cheque de beneficio social los amenazan de que sino gana X partido les quitan la ayuda. Han lucrado con la pobreza. En las pasadas elecciones pasó lo mismo, la gente juntaba a su familia y les daban 10 mil pesos y para ellos era una fortuna.