Por Jacquelin Ramos y Javier Vieyra

En los últimos días México y España se han visto convulsionados. En el caso del país europeo, la sociedad ibérica se enfrenta a una grave coyuntura en que la posible separación catalana del resto de la madre patria ha desestabilizado por completo el régimen político y económico  encabezado por el presidente Mariano Rajoy.  Por otro lado, los trágicos sismos, ocurridos en el mes de septiembre en nuestra nación, detonaron de manera instantánea una serie de severas problemáticas que pusieron en jaque al gobierno mexicano.

En ambas situaciones, a pesar de lo distantes que parezcan, existe un elemento en común: la movilización social. Tanto en España como en México, observamos una ciudadanía activa y dinámica que tomó el control de las respectivas situaciones confrontando y superando las líneas de acción gubernamentales que en numerosos aspectos demostraron ser insuficientes y disfuncionales. Detrás de este actuar ciudadano indudablemente existen ideas provenientes de lo que podría denominarse una clase intelectual.  En él, académicos, escritores y personalidades del mundo de los libros lo mismo pueden estudiarlo y analizarlo, que participar activamente  y fomentarlo. Para conocer cual es el papel, los objetivos  y responsabilidades de estos actores de la vida pública, Siempre! conversó en exclusiva con destacados representantes del medio, entre ellos, César Arístides Ramos, quien desde su labor editorial aseguró que después de los pasados sismos en México sigue habiendo mucho qué decir en periódicos, novelas, crónicas, “pues existen movimientos que van mucho más allá de las placas tectónicas”.

El también escritor y periodista asegura que se tiene ahora una sociedad que en principio no cree en las instituciones. Algo parecido a lo ocurrido a partir de los sismos en septiembre de 1985, en que la gente prefiere ayudar, solidarizarse de forma desinteresada con otra gente, porque no hay confiabilidad de quien nos gobierna.

“Es evidente que sigue tan vigente la frase que en algún momento —después de los sismos del 85— acuñó Monsi: la “sociedad civil”, que refiere al análisis de los movimientos sociales que se organizan en México después de una tragedia. Y hoy, sin duda, lo esta viviendo nuevamente el país”.

Explica que nos encontramos ante una sociedad que decide, por segunda ocasión, ofrecer ayuda con su propia mano, que ya no espera que el gobierno o la Secretaría de la Defensa dé una orden, o que se ofrezcan las ayudas, sino que “la gente sale, compra, consume con su propio dinero, con su propio esfuerzo y comparte, esto refleja, insisto —dice Arístides—, en gran medida que la gente ya no cree en las instituciones, por el ejercicio lamentable que han tenido nuestros gobiernos.

César Arístides Ramos.

Libros más críticos ante un nuevo sistema

Cada intelectual, cada personaje del periodismo, de los medios de comunicación, de la edición, de las artes, de la misma literatura, asevera el editor del libro Levantones del fallecido periodista Javier Valdez,  desde su trinchera, han realizado diversas reflexiones; un ejemplo de ello, fue el poema muy criticado y amado El puño en alto de Juan Villoro, en donde pone en palabras lo que se vivió en el 19-S, y que, a pesar de causar revuelo en las redes sociales, a final de cuentas movió a miles de mexicanos.

“En lo que a nosotros respecta, en el ámbito editorial, queremos responder con libros críticos ante el nuevo sistema que surge con las movilizaciones y problemas sociales. Buscar voces nuevas, que ofrezcan un panorama real, sincero y un cuestionamiento demoledor a lo que pasa en nuestra realidad cotidiana”.

A pesar de que últimamente se hacen obras más criticas, con temas que van desde denuncia social, la igualdad de género hasta temas a favor de un mejor país, dice Arístides, se deben seguir realizando trabajos más profesionales, para reflexionar que los sismos han detonado problemas más fuertes, como la visible y perpetua desigualdad entre las clases sociales, así como el eterno despojo que hacen los gobiernos del erario y de los bienes de la nación.

“Siempre una voz critica de alguna manera ayudará en la medida de lo posible a aquellas personas que no están cerca. Esas voces siempre nos conducirán a los instintos, a la razón, a los sentimientos, a esas pulsaciones humanas que surgen en momento de crisis y que se acomodan y desacomodan sin permiso del que las experimenta, así como le hacen los terremotos a las ciudades”, apunta César Arístides Ramos.

 

Juan Manuel González Camarena: La literatura debe contar el mundo tal y como es

La sociedad misma es el motor del cambio social y no una comunidad intelectual, responde el diplomático y escritor Juan Manuel González Camarena, al preguntarle en entrevista si son un elemento de ese cambio social. Añadió que si la literatura pudiera cambiar el mundo, ya lo habrían hecho muchas veces, además de que la literatura no solo tiene que endulzar, a veces tiene que contar el mundo tal y como es. 

“El motor en este caso, más que los intelectuales, son los ciudadanos, porque los intelectuales somos minoría, más que nada el cambio se va a dar en la sociedad, por la sociedad y  dentro de la sociedad, porque esta es la que decide salir a la calle”.

Añadió que la casi nula relación entre los sismos de 1985 y 19-S no solo se visualiza en cuestiones técnicas, sino además con respecto a la reacción de la sociedad mexicana. Esto se debe a que el aliento, sentimiento vivido, así como la organización de los mexicanos en el momento del temblor 19-S, fueron diferentes que en el 85, pues se pudo captar la solidaridad y respeto con más conciencia y estructuración.

“La gente estaba más enterada, lo que no significa que estuviéramos esperando el sismo, sino que el actuar de los medios de comunicación fue muy benéfica pues la población estaba informada en tiempo, fue solidaria y supo reaccionar ante una circunstancia como esta”.

México y Cataluña entre olas sociales

Al otro lado del océano, se vivió al igual que en México una expresión que muestra a esa comunidad con iniciativa colectiva, ya que, el pasado primero de octubre, Cataluña, en su desafío por buscar su independencia, logró que su población alzara también su puño para resaltar su voz ante un gobierno inflexible.

“Lo que ocurrió en México y Cataluña es parte de esos focos rojos que existen en el mundo, que tienen que ver con la pronta respuesta de una sociedad que exige a sus autoridades eficiencia y responsabilidad en su cargo”.

Hay que reconocer la historia de Cataluña, insiste González Camarena,  ya que en el contexto de la Guerra Civil, fue uno de los bastiones más atacados conflictivamente para ellos, porque había una reacción de ámbito intelectual muy fuerte y muy comprensivo, a diferencia de otras otras regiones.

Explicó que para entender que los catalanes tienen muchísimas ventajas desde el punto de vista de su producción industrial, sus medios de comunicación internacionales, equipos deportivos, sin dejar de mencionar algo muy importante: el prestigio de su cultura, sus ediciones son célebres en el mundo entero; lo que genera que los catalanes posean un portento justificable del cual surgió la idea de la independencia.

“A final de cuentas no se trata de repartir culpas, hubo muchos intentos para negociar en el caso de Cataluña, debemos de ser conscientes que hoy los grandes asuntos políticos no se pueden resolver al cien por ciento para que gane una sola parte”.

Por lo pronto, “nosotros como sociedad, sin importar si pertenecemos a una comunidad intelectual, dice el autor del libro Un Madrid sin chotís (1989),  debemos de tener una participación más activa en nuestro país, trabajar con la verdad, y seguir insistiendo con la verdad y la justicia, y quien no lo hacemos, intentar hacerlo con honestidad”. En el caso de los comunicadores debe ser “información sincera, real, no manipulada, utilizar documentos fidedignos, ofrecer reportajes, textos, literatura, que tenga credibilidad y una postura con conciencia orientada a la sociedad para que siempre sea mejor”, concluye Juan Manuel González Camarena.