Ante las diversas afectaciones en monumentos históricos, zonas arqueológicas, templos religiosos y recintos culturales que ocasionaron los pasados sismos del 7 y 19 de septiembre, la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Dirección General de Sitios y Monumentos,  han emprendido acciones inmediatas para la recuperación de los bienes muebles e inmuebles dañados que datan de los siglos XVI al XIX, tal es el caso de las esculturas realizadas por Manuel Tolsá: La Esperanza, La Fe y La Caridad, ubicadas en lo alto de la Catedral Metropolitana, que serán sustituidas después que una de ellas –La Esperanza- cayera y se rompiera en tres partes, además de que se alterara la estabilidad de las otras.

El INAH informo que el autor español de la trilogía, las colocó sobre los pedestales sin poner un elemento de fijación adicional a la mampostería, lo que provocó que con el sismo, se movieran y el cemento que las tenía pegadas a sus bases se rompiera. Ante esa inestabilidad y el desgaste detectado en la cantera, serán retiradas, asevero para el diario El Universal, Arturo Balandrano, coordinador de Monumentos Históricos del INAH.

“La cantera está desgastada por contaminantes de la atmósfera, de la lluvia ácida, eso va desgastando el volumen de la cantera y se empiezan a hacer polvorientas”.

Añadió que aunque se retirarán del exterior del recinto, las esculturas de Tolsá se exhibirán al interior de la Catedral.

Por otro lado, Balandrano explicó que para recuperar y preservar el esplendor de la Catedral Metropolitana, desde hace cinco años el histórico inmueble es sometido a una profunda restauración, interior y exterior. No obstante, después de los sismos, aseguró que el recinto presenta nuevas afectaciones importantes, aunque estas no representan algún riesgo de colapso.

“Otra de las partes más frágiles son las torres de los campanarios, sufrieron gritas, fisuras y desprendimientos de cantera y serán una de las áreas que atenderán enseguida”. 

La Catedral Metropolitana que ha sido atendido de manera ininterrumpida desde 1856, y que resguarda alrededor de mil bienes culturales, que incluyen 487 pinturas de caballete de diferentes épocas, por el momento llevara a cabo ciertas medidas preventivas, como evitar vibraciones por el transito vehicular o por el movimiento de muchas personas en el Zócalo.