Nada nuevo es reconocer la admirable capacidad creadora de la actriz Teresa Selma quien siempre sorprende con sus propuestas, y con la fuerza histriónica y versátil que les imprime. Y es el caso de su más reciente estreno, la puesta del monólogo Mujer no-reeducable. Memorándum teatral sobre Anna Politkóvskaya, del dramaturgo italiano Stefano Massini, actual director de Piccolo de Milán, y que ha constituido un acontecimiento escénico que ha cimbrado las conciencias europeas (más aún ahora con los lamentables sucesos de la brutal represión policiaca en Cataluña). Precisamente, Mujer no-reeducable ha sido dirigida en España —también este año— nada menos que por el director catalán Lluís Pasqual que la ha llegado a considerar un “teatro urgente y necesario… un teatro con carga política [que] es muy difícil por los cambios constantes de la sociedad. Pero Massini explica lo que hemos podido ver en la televisión y le añade el teatro; es decir, las emociones, y es entonces cuando la historia se cuenta de otra manera; sumando al relato lo que tiene la complejidad humana. El teatro político se ha humanizado”. Escrita en 2006 y estrenada al año siguiente, diez años después, Mujer no-reeducable hoy es representada en México por Teresa Selma quien, además, la dirige y produce, traducida por Miguel Acebes Tosti.

Mujer no-reeducable cuenta la historia de la periodista rusa Anna Politkóvskaya, asesinada el 7 de octubre de 2006 por sus combativas críticas contra la guerra chechena. En la obra, Anna Politkóvskaya nos refiere los pormenores de su llegada a Chechenia, sus enfrentamientos con el terrorismo de Estado y su muerte, narrada por sí misma.

Con un estilo que recorre lo mismo la crónica periodística de denuncia social, que el monólogo interior y el lirismo, Massini esboza con dramaturgia excepcional la trágica historia de Politkóvskaya, misma que llega a poner la carne de gallina en muchos momentos, gracias a la recia interpretación de Teresa Selma apoyada por la sugestiva y perfectamente encuadrada música original de José de la Parra (real escenofonía) y la tensa iluminación de Wilfrido Momox. Pues sólo un escritorio como ensoñación perdida, suspendida en el espacio vacío será el marco escenográfico de Mujer no-reeducable, una obra en contra de la bestialidad, de la censura y un grito libertario en favor de la libertad de prensa y la libre expresión, pero sobre todo, en contra de los totalitarismos.

 

El conflicto en Chechenia cobra matices que se reflejan en muchos los países del mundo entero. Anna Politkóvskaya dice narrar solamente, exponer los sucesos como una periodista que no hace juicios, simplemente da cuenta de los hechos. Hechos mismos que le valdrían la vida, al no ceñirse al sistema, al negarese a ser “reeducable”.

¡Teresa Selma esta extraordinaria! El trabajo de Teresa Selma es más que meritorio. Con una vehemencia bien trazada orgánicamente, y un magistral manejo del espacio, la actriz logra que la historia de esta Mujer no-reeducable agite la conciencia del espectador y lo conduzca a una profunda y humana contricción sobre los tiempos actuales en que el mundo se colapsa por la barbarie, la intolerancia y, en suma, la descomposición moral, social, ética y espiritual de muchos gobiernos en el mundo.

Presentándose los domingos a las 18 horas en el Foro El Foco (Tlacotalpan 16, Colonia Roma Sur, Metrobús Durango. Tel. 55 749011), Mujer no-reeducable es un teatro político de amplios alcances, poseedor de un bagaje humanístico incisivo y demoledor; una puesta en escena de gran relevancia estética.

Un teatro político que en el tiempo que hoy vivimos viene a reorientar la necesidad de hacer del escenario un escaparate no sólo para el divertimento, sino para la más emergente, aguda y honesta reflexión de nuestros aconteceres políticos.