Más temprano que tarde, las verdaderas intenciones políticas de Alejandra Barrales Magdaleno del PRD y Ricardo Anaya Cortés del PAN quedaron al descubierto: su mascarada del Frente Ciudadano por México (FCM) no es más que una pantomima para que ambos se agandallen las candidaturas de este “organismo” por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y la Presidencia de la República, respectivamente, y si alguno de los dos, o ambos, salen por ahí a querer intentar hacernos creer lo contrario con las cortinas mediáticas a las que ya se acostumbraron, lo mejor será voltear ojos y oídos hacia otro lado porque, de plano, digan lo que digan este par de dos, está más que claro que, como lo comenté en publicaciones anteriores, este Frente tiene cerradas sus puertas a los verdaderos ciudadanos. ¡Punto!

Y es que para estos modernos Bonnie y Clyde de la polaca mexica no hay mejor manera de simular democracia que jugando a las alianzas y a las coaliciones (obvio, falsas). En los últimos días hemos visto cómo, desde sus respectivas trincheras, Barrales y Anaya se han valido de la retórica para sacarle la vuelta a todos aquellos que les exigen en el FCM, llámense Rafael Moreno Valle, Miguel Ángel Mancera, intelectuales, periodistas y otros tantos. El caso es que estamos a siete meses y medio de la elección presidencial de 2018 y ya no hay para dónde hacerse con esta supuesta alternativa democrática incluyente inventada por la perredista y el panista.

Lo peor de todo es que con respecto a Ricardito es que se la volvió a hacer a los panistas, amachinándose los tiempos oficiales de radio y televisión que el Instituto Nacional Electoral (INE) otorga a todos los partidos políticos para difundir sus plataformas y candidatos, porque en lugar de repartir equitativamente esos tiempos a favor del PAN, candidatos, militantes y simpatizantes, el Pinocho queretano ya llevó su pleito legal con el diario El Universal al terreno de los spots, utilizando los tiempos que el Estado mexicano le brinda a los partidos para hacer una defensa personal, violando así el artículo 134 de la Constitución… ¡y nadie hace nada!

Por su parte Barrales, a quien muchos señalan como “una comunista de elevadísimos ingresos” por poseer una cantidad inusitada de propiedades inmobiliarias (entre ellos una carísima residencia en Las Lomas, en la Ciudad de México, y un lujoso departamento en Miami, Florida) que ella asegura son producto de su trabajo y nada más, pocos la ven como una persona con autoridad moral para hablar sobre impunidad y corrupción. Y para botón de muestra solo hay que recordar que a mediados del mes pasado desairó la invitación que le extendió la Red de Rendición de Cuentas para asistir al VI Seminario Internacional de Poder, Corrupción e Impunidad. Además, muchos la señalan como el principal obstáculo para que el zacatecano Ricardo Monreal, delegado en Cuauhtémoc, llegue al FCM para ser el candidato de la coalición PAN-PRD-MC a la Jefatura del Gobierno de la Ciudad de México, pues off the record gente cercana a dicho frente asegura que la otrora lideresa de las Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) no piensa dejar pasar a nadie para que le hagan sombra a la hora de ir por la candidatura por la CDMX.

Lo dicho: ¡ni a cuál irle!

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