Los dirigentes del Frente Ciudadano por México tienen en sus manos la decisión de mayor trascendencia, la que causa gran expectativa y además la que puede ser motivo de unión o discrepancia, que consiste en determinar el método para elegir su candidato a la presidencia de la república, quienes públicamente descartan el dedazo así como también la elección abierta.

Además, subyace la afirmación pública sobre el necesario consenso entre los diversos aspirantes, que han dejado entrever su molestia al sentirse marginados, lo que dio pauta para que se reunieran e hicieran ruido formando un subfrente a efecto de ser tomados en cuenta.

Los escenarios han variado, por lo tanto buscar el consenso es casi obligatorio, circunstancia que implica un amplio ejercicio de diálogo incluyente para escuchar a todas las voces e ideas. No obstante esa intención, llama la atención el comentario atribuido a Santiago Creel, en el sentido de que el candidato debe salir de las filas de Acción Nacional, por ser el partido más fuerte en el Frente, desde esa perspectiva suena lógico, aunque se percibe como una imposición que no abona al consenso.

Lo anterior dejaría fuera a Miguel Ángel Mancera, Silvano Aureoles, Margarita Zavala y a cualquier independiente con ánimo de sumarse al proyecto, pues únicamente entrarían en ese rango los panistas Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle.

Por otra parte, si se abre la participación a otros contendientes, el PAN corre el riesgo de que la candidatura recaiga en una persona ajena al partido, quedándose prácticamente sin la cabeza, partiendo además de que en la Ciudad de México la candidatura es del PRD con Alejandra Barrales y Jalisco para Movimiento Ciudadano con Enrique Alfaro.

El asunto comienza a tener un grado de dificultad imprevisto, sobre todo por la postura de importantes y necesarios liderazgos que aspiran a esa posición, al condicionar su participación solamente si el método es democrático, deduzco que observaron decisiones cupulares en el Frente y optaron por alzar la voz y meterse a codazos antes de que los tiempos políticos y legales terminen por consumirse y sean arrastrados por las inercias de acuerdos de esa naturaleza.

Así arribamos a un punto de quiebre, lleno de especulaciones sobre los mecanismos que habrán de utilizarse y aunque se menciona que serán creativos e innovadores, la duda persiste, pues quien sea el elegido requiere de la legitimidad de todos los aspirantes como uno de los requisitos sine qua non, para que el proyecto tal como se tiene concebido sea exitoso.

La idea de Frente Ciudadano por México es altamente positiva ha causado un buen ánimo entre la población, sin embargo, cualquier paso en falso traería desastrosas consecuencias, aún faltan muchos escollos por sortear y, eso que apenas comienza. Son de aplicarse las tesis sostenidas por Gómez Morin, velar por el interés general sin que se antepongan los personales o de grupo, por más legítimas que sean sus aspiraciones.