Si la exigencia de no aceptación de Christopher Domínguez Michael a El Colegio Nacional reunió 13 mil 139 firmas, una renovada petición para que sea removido obtuvo —al cierre de edición, jueves 9— en apenas 48 horas 13 mil 849.
Nunca en la historia de México se había suscitado una demostración pública de odio y rechazo contra un escritor, como la que hizo arder las redes sociales a unos días del nombramiento de Christopher Domínguez Michael como miembro de El Colegio Nacional. En tiempo récord se recabaron 13 mil 169 firmas de ciudadanos manifestándose en contra de que a este crítico literario de dudosa probidad moral, y todavía más de dudosa autoridad intelectual, y que, por si no bastara, ha dejado a su paso un reguero de incontestables pruebas de su misoginia, se le otorgara semejante honor.
Odio a las mujeres
En su “Lección Inaugural”, además de emplear reiteradamente el término peyorativo de “poetisa”, se atrevió a subrayar el “odioso y documentado comportamiento durante el movimiento estudiantil de 1968” de Elena Garro, exesposa-rival de Octavio Paz, a quien sistemáticamente calumnia ya que la documentación a la que alude no existe. No obstante, el 2 de noviembre se publicaron en el diario El Financiero una serie de documentos desclasificados que revelan que la CIA y el FBI subsidiaron revistas literarias en México en los años 60 y 70, entre otras, Diálogos, modelo de la revista Plural, dirigida por el filósofo y poeta Ramón Xirau, a través de la cual la CIA extendió su “operación anticomunista”, financiada con fondos del programa DIGODOWN.
Dicha publicación enfocó toda su artillería contra la revista Siempre!, específicamente contra el suplemento La Cultura en México, dirigido por Fernando Benítez. La misma CIA, se lee en el artículo firmado por José Raúl Linares y Víctor Hugo Michel, propuso como director a Xirau e impuso como “sub-director” a un misterioso Enrique P. López, pseudónimo de Edward Tichborn, furibundo anticastrista creador de “grupos políticos” de choque.
No puede ser casual que estos documentos salieran a la luz un día antes de que Domínguez Michael y su verdadero mentor y maestro, Enrique Krauze —que en su desatinado discurso de “respuesta” lo equipararía nada menos que con Marco Aurelio— acapararían los reflectores.
Tras su obligado escupitajo contra la memoria de Elena Garro, Domínguez Michael, que no dejó de tartamudear ni de pronunciar mal los nombres en inglés —lengua que debería conocer por ser hijo de una norteamericana—, agregó con una arrogancia que ni sus tropiezos verbales consiguieron suavizar: “…son pocas las escritoras de importancia que se han librado de mis juicios, acertados o no”. Luego de un discurso donde emergieron su odio contra las mujeres y los 13 mil 169 ciudadanos que firmaron en contra de su membresía, y que Aurelio Nuño, el secretario de Educación Pública más ignorante en la historia de México despreció en forma flagrante, equiparó, con pueril amargura, a estos firmantes con Donald Trump, entre otros refinados insultos.
Por si fuera poco, Domínguez Michael se declaró “feminista”, “aunque no haya leído a Judith Butler”, aclaración muy poco afortunada para un crítico literario que además presume de ser feminista. Más tarde circularían fotos en las que posa, con una más que forzada sonrisa, junto a Marta Lamas, la feminista más renombrada de México… que para muchos dejó de serlo desde el momento en que atendió al llamado de los krauzistas para prestarse a este circo.
Estilo Paty Chapoy
Pero ni la presencia —en espíritu— de Betty Friedman o la icónica Gloria Steinem borrarían frases inolvidables del crítico como “la frialdad sexual de Elena (Garro), después de consumado su matrimonio, quizá fue uno de los motivos permanentes de frustración de su marido” (Domínguez, en la más pura tradición Paty Chapoy), o aquella más ruin aún, “(…) el sentimentalismo, esta vasta incuria en que hozan la mayoría de nuestras escritoras”. Significado de “hozar”: “escarbar en la tierra con el hocico”, “hurgar un animal con el hocico en la tierra o en otra materia”. Ejemplo: encontramos al cerdo hozando entre las matas de tomates de la huerta.
Crítico literario del subdesarrollo
Imposible reunir en tan breve espacio todos los insultos proferidos por el flamante miembro de El Colegio Nacional contra las mujeres. La mayoría de las escritoras mexicanas hemos sido ofendidas, con palabras y/o con actos concretos, por Christopher Domínguez Michael.
Formar parte de El Colegio Nacional hará acreedor a este crítico literario del subdesarrollo a un sueldo mensual equiparable al de los diputados o senadores —cien mil pesos mensuales—, sin contar otras entraditas frugales como la beca del Sistema Nacional de Creadores de Arte. En este país, ya no kafkiano, sino orwelliano, Domínguez Michael pasa a formar parte de una élite de intelectuales millonarios, que no lo son por las altas ventas de sus obras, sino por su lealtad incondicional al gobierno en turno, sin importar que sea del PRI o PAN, y la venia de éstos para permitirles formar una siniestra élite de intelectuales fascistoides, con todo el poder para pisotear a placer a sus enemigos ideológicos, de esos que solo se ven durante dictaduras como la de Hitler.